Victoria Place, uno de los shoppings más populares de Londres. Sábado a la mañana. Dos hermanas, Maya, de cinco años, y Uma, de siete. Se muestran solitarias en uno de los pasillos del edificio entre gente que pasa y la ignora. Nadie les dice nada. Estuvieron allí durante veinte minutos cada uno. Pero nada. Se estima que unas 600 personas pasaron sin prestarles atención.
El experimento se realizó en el canal 5 de la televisión británica, en un informe publicado en el programa "Police 5". Mientras las chicas se pararon ante un pasillo repleto eran observadas no sólo por las cámaras sino también por su mamá, Reshma Rumsey. Sólo Maya tuvo éxito, cuando una mujer mayor la miró con preocupación y le preguntó si necesitaba algo.
Quien quedó impactada con el experimento fue la madre de las nenas. "Cuando ves ese pequeño rostro con cara de perdido y la gente pasando de largo, es horrible", dijo. Y agregó: "No me esperaba que tan pocas personas se detuvieran…es sorprendente que la gente se dé cuenta de que un niño está solo y simplemente pase de largo, ya sea porque les da miedo o no les importa o no se percataron".
Ante los resultados del experimento, la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad contra los Niños (NSPCC, su sigla en inglés) llamó a los adultos a ser responsables de proteger a los niños y no tomar en cuenta las percepciones que puedan tener otros si se acercan a ayudarlos.
