El expresidente de Perú Alejandro Toledo, acusado de haber recibido 20 millones de dólares en sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, aseguró que no es un fugitivo de la Justicia peruana y reclamó la "presunción de inocencia" sobre los delitos que se le imputan.
En un comunicado publicado en su cuenta de Twitter, Toledo argumentó que cuando salió de Perú no había cargos en su contra y aseveró que defenderá su nombre con la condición de que no lo "prejuzguen" culpable.
La Justicia peruana consideró, el jueves, que existen indicios suficientes para pensar que Toledo favoreció a Obebrecht en sus negocios en Perú y decretó su pedido de prisión preventiva por 18 meses, mientras la Fiscalía lo investiga por los presuntos delitos de tráfico de influencias y lavado de activos.
En su primera manifestación pública desde que se emitió la resolución judicial, Toledo señaló en su comunicado que el juez Richard Concepción, titular del primer juzgado de investigación preparatoria de la Sala Penal Nacional, lo acusó de delitos que no ha cometido y que el magistrado no puede probar.
El exmandatario peruano calificó las acusaciones en su contra como "una cacería de brujas" y aseguró que llamarlo "fugitivo" es un distorsión maquiavélica y política. Toledo está en Estados Unidos, donde reside habitualmente, pero el Gobierno peruano teme que pueda viajar a Israel, país que anunció que no le permitirá la entrada hasta que no resuelva sus asuntos en Perú, porque no hay tratado de extradición entre ambos países.