Darren Wilson, el policía blanco que mató al joven negro Michael Brown este agosto en Ferguson, Estados Unidos, seguirá libre y sin cargos después de que un gran jurado concluyera que no hay pruebas suficientes para imputarlo. Esto provocó una serie de revueltas en ese lugar, y en otros poblados de ese país, en una escalada que podría derivar en una situación social más problemática.
El área de Ferguson está bajo máxima alerta, con el FBI y la Guardia Nacional preparados para intervenir si las protestas convocadas derivan en fuertes disturbios como los que vivió esta pequeña localidad tras la muerte de Brown el 9 de agosto.
"Somos una nación construida en base a las leyes. Tenemos que aceptar la decisión. Pero no va haber impunidad", agregó.
"Necesitamos que acepten la decisión del jurado", aseguró el presidente Barack Obama quien debió salir a dar un mensaje luego de conocer la importante cantidad de disturbios que se produjeron.
EL CASO
En el sistema judicial de Estados Unidos el gran jurado decide si hay pruebas suficientes para presentar cargos contra una persona, por lo que tras su decisión el caso de Wilson queda cerrado por esta vía.
Tras escuchar la versión de 60 testigos, el gran jurado decidió que no existe "causa probable" para imputar al agente, que el 9 de agosto disparó en repetidas ocasiones al joven de 18 años, desarmado, en circunstancias por esclarecer.
No obstante, continúa la investigación del Departamento de Justicia sobre si hubo una violación de los derechos civiles en un caso en el que convergen dos debates clave: la discriminación racial y la violencia policial.
