Un hombre irlandés murió en el Monte Everest y elevó a diez el número de víctimas fatales durante esta temporada, que presenta serias dificultares para llegar al pico más alto del mundo, en la cordillera del Himalaya. Incluso, un argentino debió ser rescatado de urgencia y logró salvar su vida.
¿El principal problema? Congestionamiento. En horas pico, el camino a la cumbre se transforma en una fila interminable para los que quieren llegar al punto más alto del mundo. El inconveniente más grave es que tienen que realizar una cola por varias horas con temperaturas por debajo de los -30°.
El cordobés Ricardo Birn, también intentó escalar el Everest y sufrió un edema pulmonar y tuvo que ser rescatado en helicóptero. "Creí que me moría", afirmó en un video que compartió en Facebook. Le faltaban poco más de 500 metros para llegar a la cumbre, en su segundo intento por tocar la cima.
Kevin Hynes, de 56 años, murió en su carpa a 7.000 metros de altura en la madrugada del viernes. Ayer también falleció Dhurba Bista, un guía de 33 años empleado de la empresa Himalayan Ecstasy Treks, que enfermó en el campamento 3, a 7.200 metros, mientras guiaba a sus clientes en la montaña.
Al menos cuatro de los decesos se atribuyen al embotellamiento existente en la llamada "zona de la muerte"
El miércoles se produjeron dos récords en la cima más alta de la cordillera del Himalaya: la cantidad de ascensos en una misma jornada, en la que doscientas personas llegaron al punto más alto del Everest, pero también la mayor cantidad de víctimas fatales en solamente 48 horas.
Babu Sherpa, el director de la empresa de expediciones Peak Promotion, dijo que el hacinamiento había congestionado la ruta desde el campamento 4 hasta la cima. "Todos intentaban escalar a la vez", afirmó.
Cientos de escaladores van al Monte Everest y otros picos del Himalaya durante la temporada de escalada de primavera, y el año pasado murieron en ese trayecto cinco personas.