Podría haber sido un cuento escrito por Edgar Allan Poe, pero ocurrió en las últimas horas en la cárcel española de Villabona. Un preso de descompuso el sábado a la noche y se despertó al otro día en la morgue, cuando los forenses estaban a punto de practicarle la autopsia.
El protagonista de la pesadilla es Gonzalo Montoya Jiménez, condenado por el delito de robo de chatarra. Cuando los guardias hicieron su recorrida habitual el domingo, advirtieron que todos los internos habían salido de sus celdas menos uno.
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Jiménez estaba inconsciente en una silla sin signos evidentes de violencia pero también, sin pulso. El hombre fue declarado muerto y trasladado en una bolsa cerrada a la morgue, donde estaba previsto que le hicieran la autopsia y de ahí fue a parar directo hospital de Asturias, custodiado por la Guardia Civil.
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Su familia explicó que tiene epilepsia y creen que el extraño suceso pudo ser consecuencia de un ataque de la enfermedad. Señalaron además, que tiene una medicación para controlar los síntomas pero temen que no la haya tomado en el último tiempo.
