Las autoridades de Taiwán sacaron a la luz un correo electrónico enviado diciembre en el que le alertaban a la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la existencia de un virus que provocaba una "neumonía atípica". Esto se da a una semana de que el director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, saliera a denunciar ataques a su persona desde ese país.
La polémica entre la presidenta de la isla, Tsai Ing-wen y la OMS surgió luego de que el organismo desmintió públicamente que Taiwán había advertido sobre el incipiente brote de un extraño virus respiratorio que se había comenzado a observar en Wuhan, China.
Tras una serie de acusaciones cruzadas, el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) de este país emitió un comunicado en el que incluyó el contenido y la fecha de envío del mail. Desde la institución aclararon que este material fue publicado "en respuesta a la negación de la OMS de que Taiwán alguna vez lo alertó sobre la posibilidad de transmisión de COVID-19 de persona a persona".
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"Los Centros para el Control de Enfermedades de Taiwán (CDC, por sus siglas en inglés) se enteraron de fuentes en línea de que había habido al menos siete casos de neumonía atípica en Wuhan, China. En China, el término ‘neumonía atípica’ se usa comúnmente para referirse al SARS, una enfermedad transmitida entre humanos causada por el coronavirus”, comienza explicando el comunicado.
En el aviso de prensa, el gobierno de Taipei reconoció: "Debido a su experiencia con la epidemia de SARS en 2003, Taiwán realizó un seguimiento atento de la información sobre el nuevo brote. El 31 de diciembre de 2019, Taiwán envió un correo electrónico al punto focal del Reglamento Sanitario Internacional (RSI) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), informando a la OMS sobre su comprensión de la enfermedad y también solicitando más información de la OMS”.
Respecto al correo enviado, las autoridades del país advirtieron: "Dada la falta de claridad en ese momento, así como los muchos rumores que circulaban, el objetivo de Taiwán era garantizar que todas las partes relevantes permanecieran alertas, especialmente desde que el brote ocurrió justo antes de las vacaciones del Año Nuevo Lunar, que generalmente ve enormes cantidades de personas para viajar. Para ser prudentes, en el correo electrónico nos esforzamos por referirnos a la neumonía atípica, y notamos específicamente que los pacientes habían sido aislados para recibir tratamiento. Los profesionales de la salud pública podían discernir de esta redacción que había una posibilidad real de transmisión de la enfermedad de persona a persona. Sin embargo, debido a que en ese momento todavía no había casos de la enfermedad en Taiwán, no podíamos afirmar de manera directa y concluyente que había habido transmisión de persona a persona".
La carta, que Tedros Adhanom Ghebreyesus aseguró no haber recibido jamás, explicaba también: "Los CDC de Taiwán también se comunicaron con el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades en un intento por obtener más información. Sin embargo, en respuesta a nuestras preguntas, el coordinador del RSI de la OMS solo respondió con un breve mensaje que decía que la información de Taiwán había sido enviada a colegas expertos; China solo proporcionó un comunicado de prensa”.
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De esta manera, la administración de Ing-wen dejó en evidencia que le pidió que se abra una investigación a la OMS y que jamás obtuvo una respuesta. "Aunque Taiwán sospechaba firmemente que la transmisión de la enfermedad de persona a persona ya estaba ocurriendo en ese momento, no pudimos obtener la confirmación a través de los canales existentes. Por lo tanto, el día en que se envió el correo electrónico mencionado a la OMS, el gobierno de Taiwán activó el control fronterizo mejorado y las medidas de cuarentena basadas en el supuesto de que la transmisión de persona a persona estuviera ocurriendo. Estas medidas incluyeron la detección de pasajeros en vuelos desde Wuhan antes del desembarque", especificó el comunicado.
Dentro del comunicado, la CDC incluyó también el contenido del correo electrónico enviado a la OMS, que decía: "Fuentes de noticias indican hoy que al menos siete casos de neumonía atípica fueron reportados en Wuhan, China. Sus autoridades sanitarias respondieron a los medios que no creían que los casos fueran SARS; sin embargo, los ejemplos están todavía bajo estudio y los casos fueron aislados para tratamiento. Agradecería mucho si tienen información relevante para compartir con nosotros. Muchas gracias por su atención en este asunto”.
Ante tamaña revelación, las autoridades de Taiwán concluyeron el comunicado explicando que, finalmente, pudieron resolver su inquietud tras enviar a sus expertos clínicos al epicentro de la pandemia para investigar el virus y tomar las medidas necesarias para proteger a su población. "A mediados de enero, los CDC de Taiwán enviaron expertos a Wuhan para comprender mejor la epidemia, las medidas de control tomadas allí y el historial de exposición de los pacientes. Con base en investigaciones preliminares, Taiwán determinó que esta forma de neumonía podría propagarse a través de la transmisión de persona a persona”.
La semana pasada, luego de que el director de la OMS saliera a decir en una conferencia de prensa que había recibido amenazas y ataques raciales hacia su persona por parte de este país. La presidenta Ing-wen salió a responder: "Protesto firmemente las acusaciones de que Taiwán está instigando ataques racistas en la comunidad internacional. Taiwán siempre se ha opuesto a todas las formas de discriminación. Durante años, hemos sido excluidos de las organizaciones internacionales, y sabemos mejor que nadie lo que se siente ser discriminado y aislado".
Cabe recordar que la distancia entre esta isla y China continental es de solo 130 kilómetros, y su relación no es buena ya que Taiwán se ha declarado una nación independiente durante más de 70 años y el gigante asiático se niega a reconocer su soberanía y lucha constantemente para que vuelva a estar bajo el control de Beijing.
En este contexto, el gobierno de Ing-wen ha acusado al organismo internacional de referencia en salud de haber tomado partido por China e impedirles participar de paneles sobre sanidad. Pero no es el único país que denuncia esta situación, el mismo Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, amenazó a Tedros Adhanom Ghebreyesus con dejar de apoyar financieramente a la OMS si lograra comprobar que trabajó para ayudar a China en el ocultamiento del inicio de la pandemia.