Ante el aumento de los casos de coronavirus en España, varios países europeos volvieron a imponer restricciones. Alemania se dice preocupada por la suba en los contagios y desaconseja los viajes no esenciales a tres regiones españolas: Aragón, Cataluña y Navarra. Es un nuevo golpe al turismo, tras la decisión de Reino Unido de imponer una cuarentena a los viajeros provenientes de la península.
Barcelona es uno de los principales destinos turísticos en Europa, pero esta temporada los hoteles sufrieron una avalancha de cancelaciones después de los rebrotes registrados de COVID-19 en julio en la región de Cataluña y de las restricciones impuestas en varios países europeos para viajar a España: como cuarentenas a la vuelta en el caso de Reino Unido, prohibición de ir como los belgas, tests PCRs como los alemanes o simplemente recomendaciones para evitar la península, como los franceses.
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En el casco histórico de Barcelona, en el barrio del Raval, el Andante Hotel de 134 habitaciones tiene sus puertas cerradas desde el inicio de la pandemia en marzo. Habían previsto reabrir este mes de agosto, sin embargo, como explicó su director Pablo Bofill, van a tener que posponer su reapertura.
"Hubo un freno en las reservas y han aumentado las cancelaciones. La ocupación para agosto estaba en un 34% pero tras las medidas adoptadas por el gobierno autonómico, se redujo hasta el 28%. Viendo la evolución de la pandemia en territorios próximos, decidimos posponer la reapertura a septiembre", detalló a RFI.
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Los hoteles y restaurantes contaban con el verano para poder salvar la temporada pero los profesionales son pesimistas. Las consecuencias económicas serán tremendas. "Es muy complicado. Estar más de medio año cerrados lógicamente tendrá consecuencias. Habrá empresas que lo soporten mejor y habrá quienes tendrán que desprenderse de sus activos para seguir avanzando", dijo Bofill.
Barcelona tiene más de 500 hoteles y la tasa de ocupación en los establecimientos del centro entre mayo y octubre oscila alrededor del 90% en tiempos normales pero la pandemia obligó a que la mayoría cierre sus puertas. Solo el 25% de los hoteles está abierto, lo que deja en la ciudad una imagen inédita: está desierta y sin turistas.
