Un turista británico puso en peligro su vida sin saberlo. Durante unas vacaciones en Filipinas, manipuló con sus propias manos a un pulpo de anillos azules. Este es uno de los animales más venenosos del mundo.
A través de su perfil en Instagram, Andy McConnell (@decanterman), quien se describe como un periodista, compartió un primer video que causó distintas reacciones y advertencias sobre el pulpo. Luego de esto, McConnell subió otra publicación en la que se refirió a lo ocurrido: “Mi encuentro cercano con la muerte”.

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La primera de esas publicaciones fue acompañada con este mensaje: “Hoy en la playa… Un pulpo bebé capturado por una pandilla de chicos de la playa local”. En ese momento, no era consciente de cuán peligroso era el pulpo de anillos azules.
El pulpo de anillos azules: una amenaza letal
Según la Biblioteca Nacional de Medicina, la toxina de este pulpo es mil veces más mortal para los humanos que el cianuro. El veneno puede paralizar a la víctima al bloquear la transmisión nerviosa y, en cuestión de minutos, provocar la muerte si no se recibe atención médica inmediata.
McConnell, en la segunda publicación, reconoció la dimensión de lo ocurrido: “Explorar el mundo solo, a 11.000 kilómetros de casa, implica inevitablemente asumir riesgos. Pero nada tan extremo como mi aparente roce con la muerte ayer, que fue involuntario y del que no me di cuenta en absoluto hasta que publiqué sobre ello”, escribió.
El turista explicó que parte de su interés por pulpo vino al ver cómo unos nenes jugaban con él. “Me explicaron que habían atrapado un ‘pulpo bebé’ que se estaban pasando entre ellos y soltándolo entre rocas”, escribió. Luego, agregó: “Me filmé imitando sus acciones antes de devolvérselo a quien lo encontró, quien lo puso en su hogar temporal, el caparazón de un erizo de mar”.
El episodio generó impacto y asombro entre sus seguidores, que no podían creer la suerte que tuvo el turista al salir ileso de semejante encuentro. El video, que rápidamente se viralizó, acumula más de 76 mil “me gusta” y superó los 15 mil comentarios, entre quienes le advertían sobre el peligro y otra clase de respuestas a la publicación. McConnell no sufrió ningún daño.



