Un operativo del Gobierno de Río de Janeiro en el sureste de Brasil causó la muerte de al menos 64 personas. Durante este martes, se vivieron escenas de guerra en la que es considerada “la mayor operación en la historia” de la ciudad contra el narcotráfico.
“La política de incursión armada en favelas y periferias solo empeoró las cosas”, advirtió Carolina Grillo, especialista en crimen organizado, en una entrevista con AFP. De acuerdo con EFE, además de las muertes hubo al menos 81 detenidos en los enfrentamientos contra el Comando Vermelho. Entre las víctimas hay cuatro policías, según las autoridades locales.
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¿Qué pasó? La operación con miles de policías que causó decenas de muertos
Alrededor de 2500 policías armados entraron en dos zonas populares del norte de la ciudad. La acción generó tiroteos, con armas cortas y largas, incendios y enfrentamientos con presuntos criminales, de acuerdo con información de AFP.
La operación fue definida como “Operativo Contención”, con el objetivo de combatir al Comando Vermelho (Comando Rojo, en español), la mayor organización criminal de Río de Janeiro que opera en las favelas, territorios pobres y densamente poblados de la urbe brasileña.
Los enfrentamientos causaron, según el gobernador local Cláudio Castro, al menos 60 muertes de presuntos delincuentes y cuatro policías. El saldo de víctimas fue producto de ráfagas de disparos que atemorizaron a la población de la zona. Los comercios y escuelas permanecieron cerrados.
Ciudad bajo fuego
“Está todo el mundo aterrorizado porque es mucho ruido de disparos”, dijo por teléfono una persona que participa en proyectos sociales en el complejo de Penha y que pidió el anonimato a AFP. Uno de los fotógrafos de la agencia vio cómo agentes con armamento pesado custodiaban a unos veinte jóvenes sentados en la calle, con la cabeza gacha, descalzos y sin camiseta, en la favela Vila Cruzeiro.
Otros detenidos avanzaban juntos con los brazos esposados detrás. Al hospital Getulio Vargas, de la misma favela, llegaban vehículos con cuerpos de civiles y policías heridos y muertos, mientras los tiros, en las calles, no daban tregua.
Castro publicó un video en su perfil de X (@claudiocastroRJ) de un dron lanzando un proyectil desde el cielo. “Es así como la policía de Río de Janeiro es recibida por los criminales: con bombas lanzadas por drones. (...) Es narcoterrorismo”, dijo.
Los operativos policiales contra el crimen organizado son frecuentes en las barriadas pobres de Río. Los agentes suelen enfrentarse a tiros con traficantes y la población sufre en medio del fuego cruzado.
La operación causó complicaciones en la ciudad, con importantes vías completamente cerradas o bloqueadas. Más de 50 colectivos fueron utilizados por supuestos criminales para armar barricadas, informó el sindicato de transportistas en Río.
“Está todo parado y nos quedamos sin bus, sin nada, en este caos y sin saber qué hacer”, dijo Regina Pinheiro a AFP, una jubilada de 70 años que intentaba regresar a su casa. Al menos 85 centros educativos suspendieron las clases.
En decenas de escuelas de la zona sur de Río, donde se encuentran los turísticos barrios de Copacabana e Ipanema, se pidió retirar más temprano a los alumnos para liberar a los profesores frente a la situación de alerta. El servicio de metro estaba desbordado debido a que los habitantes trataban de llegar a sus casas. Entrada la noche, la calma volvía al centro y otros barrios cercanos, mientras patrullas policiales recorrían calles semidesiertas.
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En relación con el impacto de este tipo de operativos en la ciudadanía, Carolina Grillo, experta en crimen organizado, explicó: “En general los habitantes sufren mucho más por el fuego cruzado entre traficantes y policías, o por guerras de facciones, que por la propia convivencia con estos grupos. Las personas llevan sus rutinas relativamente en paz, excepto en momentos de guerra u operaciones policiales”.
Durante la operación, apoyada por dos helicópteros, las autoridades incautaron media tonelada de drogas y 100 fusiles. Castro, aliado político del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro, dijo que la intervención de las fuerzas de seguridad abarcó un “área del tamaño de dos Copacabanas enteras”.
La reacción internacional
En Brasilia, varios ministros del gobierno federal se reunieron para evaluar la situación. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva viajaba de regreso a Brasil tras una gira por el sudeste asiático. Acordaron que una comitiva se trasladará a Río para una “reunión de emergencia” con Castro el miércoles.
En un mensaje en X, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU expresó estar “horrorizada” por la operación policial, y recordó a las autoridades brasileñas “sus obligaciones” bajo las leyes internacionales.
“Una operación policial que resulta en la muerte de más de 60 habitantes y policías es una enorme tragedia”, afirmó de su lado César Muñoz, director de Human Rights Watch en Brasil, que pidió investigaciones para esclarecer las circunstancias de “cada muerte”.

Una declaración de 30 organizaciones de la sociedad civil, entre ellas Amnistía Internacional, afirmó que la operación “expone el fracaso” de las políticas estatales de seguridad y pone a la ciudad “en un estado de terror”.
La corte suprema de Brasil impuso en 2020 algunas restricciones a los operativos en las favelas, como limitar el uso de helicópteros y las acciones en áreas próximas a escuelas o centros de salud. Estas medidas fueron levantadas este año por decisión del supremo.
En 2024, alrededor de 700 personas murieron en intervenciones de las fuerzas del orden en Río, casi dos por día. El antecedente más grave en relación con este tipo de operaciones se produjo en 2021, cuando murieron 27 personas en la favela Jacarezinho.



