Donald Trump tiene motivos para sonreír. A pocas horas del anuncio oficial sobre su deseado Premio Nobel de la Paz, el presidente estadounidense formalizó un acuerdo del cese el fuego que puede poner un punto final a una guerra que devastó la Franja de Gaza.
El acuerdo, según fuentes citadas por la prensa israelí, sería firmado este jueves y contempla una rápida “primera fase” que posibilitará un alto el fuego y la liberación de todos los rehenes en poder de Hamas en un plazo muy cercano.
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Un día después, el viernes, se anunciará el Nobel de la Paz que el presidente estadounidense presiona desde hace semanas por llevarse a la Casa Blanca. Entre el sábado y el lunes, si todo se cumple como se espera, empezarían a ser liberados los rehenes con vida que Hamas y otras facciones palestinas mantienen en el enclave desde hace dos años.
Se cree que una veintena de los 48 cautivos están en Gaza con vida. Entre ellos, hay tres argentinos: Eitan Horn y Ariel y David Cunio. También está en el territorio palestino el cuerpo de Lior Rudaeff, asesinado en el ataque del grupo islámico el 7 de octubre de 2023.
A cambio, Israel liberará a 2000 prisioneros palestinos, algunos de ellos condenados a prisión perpetua, según fuentes de Hamas. La lista de detenidos que saldrán de las cárceles israelíes ya fue entregada el miércoles en la mesa de negociaciones de Sharm el Sheik, en Egipto.
Qué significa el acuerdo anunciado por Donald Trump
El acuerdo resuelve el problema más dramático de la guerra. Apunta a ponerle un punto final a un conflicto iniciado luego del brutal ataque de Hamas al sur de Israel y que dejó 65.000 muertos en Gaza, además de la devastación total del enclave y con una población sometida a hambruna y a una emergencia humanitaria sin precedentes, según la ONU. Incluso, una comisión de las Naciones Unidas denunció un genocidio negado de manera enfática por Israel.
Pero las dudas sobre la solución del conflicto persisten.

Said Chaya, coordinador del Núcleo de Estudios en Medio Oriente de la Universidad Austral, explicó a TN que “en lo inmediato” el anuncio “es una muy buena noticia”.
“Conociendo los puntos del programa, me preocupan ciertas cuestiones de mediano y largo plazo, como la continuidad de la ocupación del territorio de Gaza”, afirmó.
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El plan de 20 puntos de Trump aprobado en Egipto prevé el retiro gradual de las tropas israelíes. Para Chaya, “esto no resuelve el problema. Resuelve lo inmediato, lo que es una cosa muy buena. Además, involucra a algunos de los países líderes de la región” como Qatar, Egipto y Turquía que participaron en la mediación.
“Es una muy buena noticia el regreso de los secuestrados y de los cuerpos de los cautivos a Israel. Pero me preocupa la proyección de la ocupación a futuro como un problema que este acuerdo no resuelve”, indicó.
En ese punto, Israel teme que Hamas no logre recuperar todos los cuerpos de los rehenes muertos. La inteligencia israelí calcula que son entre 10 a 15 los cadáveres que el grupo islámico no sabe dónde están.
Otro de los ítems que estarán en la mira será el que establece el desarme de Hamas. Fuentes del grupo citadas por la prensa israelí dijeron que solo estarían dispuestos a “congelar” las armas para posibilitar el cumplimiento de la primera fase del acuerdo.
Pero hay algo distinto a los anteriores y efímeros cese el fuego pactados en Gaza. El primero fue en noviembre de 2023. El segundo en enero y febrero de este año. Esta vez, Hamas se comprometió a entregar a todos los rehenes en su poder. Si cumple con este punto, perderá su único real poder de presión sobre Israel.
Después, el gobierno de Benjamin Netanyahu deberá cumplir con el retiro de sus tropas del territorio palestino.
De cumplirse los términos del acuerdo, la pacificación de Gaza y la entrada de ayuda humanitaria podrían dar paso a una nueva fase que prevé la conformación de un gobierno de tecnócratas en el enclave del que estará excluido Hamas.
El futuro del grupo islámico es una incógnita. En Gaza nadie se anima a asegurar hoy que el grupo simplemente aceptará entregar sus armas y disolverse para dar paso a una nueva era.
Las incógnitas del acuerdo siguen siendo más consistentes que las primeras certezas.