Luego de varios días marcados por intensos combates y un elevado número de víctimas, Siria e Israel acordaron un alto el fuego con el respaldo de Estados Unidos y varios países de la región.
La noticia fue confirmada por el embajador estadounidense en Turquía, Tom Barrack, quien aseguró que tanto el presidente sirio, Ahmed Al-Sharaa, como el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aceptaron frenar las hostilidades.
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“Instamos a drusos, beduinos y musulmanes suníes a dejar las armas y sumarse a la construcción de una Siria unificada y en paz”, publicó Barrack a través de sus redes sociales. Según indicó, la tregua también cuenta con el aval de Turquía, Jordania y otras naciones vecinas, y fue promovida por el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio.
La tensión en la provincia siria de Sweida —una región históricamente habitada por la minoría drusa— había escalado desde el domingo, cuando comenzaron los enfrentamientos entre milicias drusas y tribus beduinas de mayoría sunita.
Los drusos son una comunidad religiosa minoritaria presente en Siria, Líbano e Israel, con creencias propias derivadas del islam ismailí, aunque no se consideran musulmanes tradicionales. Por su parte, los beduinos son tribus nómades árabes, en su mayoría musulmanes suníes, la rama mayoritaria del islam.
Las fuerzas del régimen sirio intervinieron, supuestamente, para restaurar el orden, pero su accionar terminó favoreciendo a los beduinos, lo que generó una fuerte reacción de Israel.
La comunidad drusa también tiene una presencia significativa en Israel, especialmente en el norte del país, y muchos de sus miembros sirven en el ejército israelí.
En respuesta, el gobierno israelí lanzó una serie de ataques aéreos sobre posiciones militares sirias en el sur del país y en pleno centro de Damasco, donde incluso fue atacada la sede del Ministerio de Defensa.
Durante cuatro días de violencia, cientos de personas murieron y se reportaron denuncias de ejecuciones sumarias y saqueos a comunidades drusas por parte de milicias vinculadas al régimen de Damasco.
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Pese al acuerdo de tregua anunciado el miércoles, el jueves por la noche se registraron nuevos choques, con ataques de represalia por parte de grupos drusos a comunidades beduinas.
Esto provocó un nuevo éxodo de civiles, mientras el gobierno sirio se preparaba para desplegar tropas nuevamente en Sweida con la intención de recuperar el control y garantizar la seguridad de las instituciones. Sin embargo, este viernes, Siria informó de un retraso en el despliegue y horas después se anunció el nuevo alto el fuego.
