Desde el sur, Donald Trump quiere incorporarlo a Estados Unidos. En el este, Quebec intentó independizarse sin éxito en las últimas décadas. Ahora, por el oeste, surgen nuevos movimientos separatistas. Canadá se asemeja hoy a un rompecabezas político irregular cuyas piezas no terminan de encajar en el mapa nacional.
No son grupos numerosos, pero sí que hacen ruido y ganan espacio en la prensa canadiense. El riesgo no viene hoy de Quebec, la provincia francófona que hizo dos referéndum independentistas en 1980 y 1995 en el que ganó el “No”.
Leé también: Quién es el inmigrante musulmán izquierdista que revolucionó Nueva York y puso en crisis al Partido Demócrata
Hoy la amenaza llega desde tres provincias occidentales: la rica Alberta, Saskatchewan y Manitoba.
“El movimiento parece ser mayor en Alberta”, dijo a TN el analista Charles Breton, director del Centro de Excelencia sobre la Federación Canadiense del Institute for Research on Public Policy (Irpp), con sede en Montreal.
El caso de Quebec y el impulso al independentismo en Alberta
Históricamente, las voces separatistas llegaron desde Quebec, el territorio francófono que es reconocido como una verdadera “nación” dentro de Canadá por su cultura, historia e instituciones.
Allí el independentismo fue muy fuerte en el pasado.
El primer referendo, en 1980, fue un fracaso. Casi el 60% rechazó otorgarle el poder a las autoridades para negociar la independencia. Pero hubo una segunda consulta más directa en 1995. La votación fue muy estrecha. Ganó el “No” por poco más de 1 punto. Quebec estuvo a pocos votos de declararse independiente.
Pero a partir de entonces, el movimiento separatista perdió respaldo. Según los últimos sondeos, solo uno de cada tres quebequenses apoya hoy la independencia, casi 20 puntos menos que hace 30 años.

La posta fue tomada por Alberta, el rico estado del oeste del país que en 2023 produjo 4,3 millones de barriles de petróleo diarios (el 84% del total de Canadá y con una producción superior a la de Irán o Irak).
Allí, las quejas apuntan a que las políticas del gobierno central limitan el desarrollo de sus recursos naturales, en especial sus inmensas reservas de petróleo. Además, según afirman, su riqueza es entregada al este del país a través de las transferencias provinciales (coparticipación).
Una encuesta de fines de mayo reveló que el 30% de la población de Alberta está a favor de la independencia, cuatro puntos más que en 2021. En ese escenario, los separatistas están organizando un referéndum para 2026.
“El principal problema que impulsa el movimiento separatista en Alberta es la sensación de injusticia que sienten los albertanos dentro de la federación”, dijo a TN el analista Tegan Hill, director de políticas de Alberta en el Instituto Fraser, con sede en Vancouver.
Leé también: Elecciones en Chile: en un clima de fuerte polarización, 3 pinochetistas enfrentarán a una candidata comunista
Según comentó, “Alberta hace una enorme contribución al resto de Canadá”.
“En perspectiva, entre 2007 y 2022, los habitantes de Alberta contribuyeron con 244.600 millones de dólares canadienses (180.290 millones de dólares estadounidenses) al gobierno federal en impuestos y otros pagos (...) más de cinco veces más que la Columbia Británica u Ontario”, indicó.
Pero eso no fue todo. “Las otras siete provincias, y más notablemente Quebec, fueron receptores netos del federalismo”, señaló. Alberta está cansada de “financiar” al este del país.
Pero la enorme contribución de Alberta a la federación no es el mayor problema. Para Hill, “la provincia enfrenta políticas federales dañinas”, como “requisitos complejos y onerosos” para grandes proyectos energéticos y “un límite arbitrario a las emisiones de petróleo y gas”, entre otras trabas.
También crece el independentismo en Manitoba y Saskatchewan
Pero Alberta no está sola. Las ansias separatistas están creciendo en las provincias de Manitoba y Saskatchewan, ambas también en el oeste del país.
Una encuesta reciente de Probe Research reveló que un 22% de los habitantes de Manitoba votaría a favor de la independencia en caso de convocarse un referéndum separatista.
La mayoría de los independentistas se concentra en zonas rurales y entre los votantes conservadores descontentos tras la victoria del Partido Liberal del primer ministro, Mark Carney, en las elecciones generales del 28 de abril.
En su diálogo con TN, Breton dijo que estos grupos, en especial en Alberta, están teniendo cada vez más presencia.
Leé también: La guerra olvidada de África: un conflicto que lleva 2 años, miles de muertos y 12 millones de desplazados
“El apoyo a la soberanía de Alberta o de Saskatchewan no tiene nada en común, por ejemplo, con la soberanía de Quebec (donde hay un partido político dedicado exclusivamente a la causa) Sigue siendo un movimiento muy limitado que está restringido en su mayoría a grupos marginales dentro del movimiento conservador”, señaló
Además, Breton afirmó: “Seguramente hay un resentimiento más importante en Alberta en cuanto a cómo se han tratado las provincias en la Federación, pero la proporción de personas para quienes este resentimiento se manifiesta a través de un deseo de separación es muy, muy pequeña”.
Pero hay un dato más que enciende las alarmas. La primera ministra conservadora de Alberta, Danielle Smith, gran admiradora de Trump, relajó los requisitos para convocar a un referéndum separatista que podría celebrarse el año próximo.
El juego político puede ser ahora muy peligroso y mucho más con un vecino poderoso dispuesto a aumentar su presión para convertir a Canadá, o alguno de sus ricos territorios del oeste, en el 51/o estado de la Unión.