En el norte de Teherán apenas hay gente en las calles. Los gatos escarban en la basura sin recoger y hay una fuerte presencia policial bajo el sonido constante de explosiones que acompaña el camino de quien se atreve a salir de su casa.
Así se ve el distrito 3 de la capital iraní tras cinco días de conflicto con Israel y después de que la zona fue bombardeada el lunes.
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Los pocos transeúntes se cruzan miradas nerviosas, casi de sospecha. La mayoría carga alimentos, como una mujer mayor acompañada por un joven que empujaba una carrito de supermercado lleno de productos.
“Un aire fantasmal”
Otros llevan pan. El único lugar donde hay una cola con varias personas es precisamente una panadería.
Más allá de eso, la calle Valiars tiene un aire fantasmal a su paso por el parque Mellat, habitualmente bullicioso, con sus cafés y puestos de helados y jugos colmados de familias.
La nota más colorida la pone una familia de tres miembros, padre, madre e hijo, que pasa a toda velocidad en una moto ondeando una bandera de Irán.
Solo están abiertos los establecimientos de alimentos y un café con un solo cliente. “Este es mi café, así que he bajado a tomar algo”, dijo Ali, un cliente habitual.
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Ali planea salir de Teherán hacia el norte del país, como hicieron ya muchos residentes de la ciudad. Lo hará en los próximos días con su padre enfermo de cáncer y su madre.
Se dedica a la exportación e importación de perfumes, un negocio totalmente paralizado, y no sabe qué esperar del futuro.
“Lo mismo esta noche se cierra un alto el fuego o estamos así meses, dijo, mientras sonaban lo que parecía que eran defensas antiaéreas interceptando proyectiles o drones israelíes.
Este empresario nació en el cuarto año de la guerra entre Irán e Irak en los años 80 y nunca pensó que viviría algo parecido. “A mis padres, que son mayores, esto les trae recuerdos de esa guerra y no es fácil para ellos”, aseguró.
“Tuve miedo”
Enfrente del café, el habitualmente bullicioso parque Mellat está casi totalmente vacío. Una mujer elegantemente vestida pasea a su perro y se declara muy asustada.
“Mi casa está al lado de la televisión que atacaron ayer, tuve miedo“, dijo antes de que efectivos de seguridad de civil se acercaran a pedir la documentación y exigir explicaciones de su presencia en la calles.
Es el segundo control en la zona. En el otro, militares chequearon el teléfono celular de un joven. Las autoridades prohibieron tomar fotos y videos en las calles.
Los ataques causaron 232 muertos y 1800 heridos en Irán
Desde la madrugada del viernes, Israel está llevando a cabo una campaña masiva de bombardeos contra diferentes puntos de Irán, que ya causaron al menos 232 muertos y unos 1800 heridos, la mayoría civiles.
Hasta el tercer día de conflicto aún se veía actividad en las calles de la capital. Pero la presencia de gente cayó mientras progresaban los ataques israelíes contra instalaciones militares y energéticas de la capital, asó como zonas residenciales.
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Muchos vecinos abandonaron la ciudad, lo que provocó imágenes de congestión de tráfico en la carretera que atraviesa la montaña Alborz y que da paso a la provincia de Manzandaran, que bordea el mar Caspio y es el lugar habitual de vacaciones para los residentes de Teherán.
En esta ocasión no huían del calor o la contaminación de esta ciudad de 10 millones de habitantes, sino de los misiles, bombas y drones israelíes.
(Con información de EFE)