El 9 de febrero de 2004, Maura Murray, una joven universitaria, chocó con su auto en un camino rural de New Hampshire, en Estados Unidos. Tras el accidente, se bajó del vehículo y se encontró con una mujer que intentó ayudarla, pero ella le respondió que estaba bien y que no hacía falta que llamara a alguien.
Sin embargo, esa fue la última vez que vieron a Murray. Su caso se convirtió en uno de los más enigmáticos de la historia criminal estadounidense, ya que nunca se pudo resolver. Hoy, a más de 20 años de su desaparición, su familia cree que fue víctima de un crimen.
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Una desaparición sin rastros
Maura Murray nació el 4 de mayo de 1982 en el estado de Massachussets en una familia numerosa. Durante su adolescencia, se destacó por sus buenas calificaciones, lo cual la llevó a estudiar ingeniería química por un período en la universidad. Después, se cambió a la carrera de enfermería.
El lunes 9 de febrero, tenía que ir a clase como cualquier otro día, pero le envió un correo a sus profesores para avisarles que no iba a poder asistir por la muerte de un familiar. Pese a ello, después se confirmó que se trataba de una mentira.
En su lugar, ese día sacó dinero de un cajero automático, compró alcohol, imprimió unas direcciones en una zona rural de Vermont y se subió a su auto para salir a la ruta.
Unas horas después, su vehículo se estrelló contra un árbol en la Ruta 112, cerca de Haverhill, en New Hampshire. Una vecina llamó a la policía a pesar de que la joven se negó a que la ayudara. Sin embargo, cuando llegaron al lugar, Maura ya no estaba.
Una mujer que vivía cerca de la zona en donde el auto chocó, afirmó incluso que habló con Murray desde su casa. En su testimonio, dijo que la joven parecía estar bien, aunque nerviosa, y que rechazó la atención médica que le había ofrecido.
La vecina llamó a las autoridades de todas formas, ya que le pareció una situación extraña. Pero en cuanto la policía llegó, encontraron al auto de la joven cerrado y ella ya no estaba. Incluso, esa tarde nevó y no se encontraron huellas en los alrededores.
Las hipótesis
Desde el principio, la investigación tuvo varias teorías. La principal indicó que se trató de una fuga voluntaria.
Esta hipótesis se basó en lo que encontraron en la habitación de Murray en el campus universitario: todas sus cosas estaban guardadas en cajas, como si estuviera planificando una mudanza. Además, la mentira a sus profesores sobre su ausencia también despertó las sospechas.
En el operativo de búsqueda, los investigadores rastrillaron a pie la zona en la que desapareció la joven, usaron perros rastreadores y helicópteros con cámaras térmicas, pero ni aún así lograron detectar alguna pista contundente que diera con el paradero de Murray.
Su familia, desconfiada de la hipótesis inicial de que Maura podría haberse fugado, insistió en seguir buscando. Durante 2004 y 2005 surgieron algunas pistas inquietantes: un cuchillo oxidado entregado por un testigo y la supuesta aparición de ropa interior rasgada. Sin embargo, los forenses no encontraron elementos compatibles con el ADN de la chica.
Mientras tanto, la policía consideraba que no había pruebas de un crimen, pero la investigación fue derivada al FBI y se declaró de alcance nacional.
En los años siguientes, continuaron los operativos con perros, búsquedas en casas cercanas y análisis de posibles restos, pero ninguno aportó evidencia concreta.
A pesar de la presión constante del padre de la chica desaparecida, Fred Murray, nunca se encontraron pruebas contundentes ni avistamientos creíbles de Maura. Para la familia, el caso sigue siendo un posible homicidio sin resolver y pide que se siga investigando.
Algunas personas creen que Maura planeó su desaparición. Que quiso escapar de la presión que le generaba la facultad, de una familia complicada, de una relación que no funcionaba bien o bien que lo hizo para empezar de nuevo en otro lado. Otros sostienen que fue víctima de un crimen: que alguien se detuvo tras el accidente y se la llevó.
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Pero también está la teoría de una muerte accidental. En esta línea, se cree que Maura estaba alcoholizada y que se metió en el bosque intentando alejarse del lugar del choque. Posiblemente, su cuerpo habría quedado sepultado bajo la nieve, pero esta hipótesis perdió fuerza luego de que nunca apareciera ningún resto ni elemento vinculado a la joven.
El FBI reabrió la investigación formalmente en 2021, y en 2023 se hicieron nuevas excavaciones en una casa cerca del lugar del accidente, pero no se encontró nada concluyente.
