Los cubanos están en guerra contra la “dolarización” parcial de las tarifas de telefonía móvil en Cuba.
El descontento generalizado, que se palpa en las redes sociales y en cualquier comunicación digital, llegó hasta la Universidad de La Habana, donde un sector estudiantil llamó a no asistir a clases como método de presión, algo inédito en una isla de férreo control estatal.
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De ahora en más, se permitirá una sola carga mensual a un precio básico de 360 pesos (2,50 dólares). A partir de ahí, cada recarga subirá a valores superiores a cualquier jubilación mensual y cercana a un salario promedio. El objetivo obvio es impulsar las recargas en divisas desde el exterior.
“Esto es casi una política neoliberal, que significa un aumento de tarifas y precios y congelamiento de salarios y pensiones. El problema no es el valor de las tarifas, si no que no hay aumentos de salarios desde 2021 y la inflación ha sido de tres dígitos. La gente ya no tiene dinero”, resumió a TN el economista Omar Everleny, profesor titular de la Universidad de La Habana y exdirector del Centro de Estudios de la Economía Cubana,
Cómo serán las nuevas tarifas de telefonía móvil en Cuba
Cuba vive hoy una crisis peor a la sufrida tras el colapso de la Unión Soviética. Con apagones diarios, servicios obsoletos y escasez de transporte y alimentos, la migración ha marcado récords en los últimos años.
Las nuevas tarifas, anunciadas por la empresa de telecomunicaciones ETECSA y en vigencia desde el viernes pasado, implican una fuerte alza para los usuarios que excedan un paquete básico, drásticamente limitado a 6GB por mes y que se paga en pesos.
El que quiera realizar recargas deberá abonar sumas que, en la mayoría de los casos, exceden el salario promedio de un cubano. El paquete más barato es uno de 3GB por 3360 pesos cubanos (equivalente a 28 dólares). El más caro, por 15 GB, asciende a 11.500 pesos (95 dólares).
El salario promedio ronda los 5700 pesos (unos 47 dólares), pero un jubilado puede ganar 1500 pesos (12,5 dólares) y el sueldo mínimo apenas sobrepasa los 2100 pesos (17,5 dólares).
“El problema es que usamos internet para todo, para hablar, negociar y estudiar. Todos estudian con manuales digitales. Hasta ahora podías recargar con tarjetas de 120, 250 y 500 pesos. Ahora quise recargar con los nuevos precios, pero no me deja. Te obligan a que un familiar lo haga desde el exterior para recaudar dólares”, dijo a TN una habanera llamada Miriam y que pidió mantener su apellido anónimo.
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Estas recargas internacionales se realizan a través de empresas como Cuballama, Cubatel o Katapulk, con sede en Estados Unidos y que tienen licencias de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC). Los envíos no violan el embargo estadounidense porque están destinados a financiar la comunicación del pueblo cubano, aunque la empresa es monopólica y estatal.
El paquete básico autorizado sirve para pocos días y mucho menos para los estudiantes o científicos.
En ese escenario, la Federación Estudiantil Universitaria (FEU, oficial) de la Facultad de Matemática y Computación advirtió que “las explicaciones ofrecidas en los espacios de debate entre órganos estudiantiles y directivos de ETECSA no han dado soluciones factibles a los reclamos del pueblo”.
Por ello, “convocamos, a partir del miércoles 4 de junio, a los estudiantes a no asistir a las actividades docentes en forma de protesta”, dijo la organización en un comunicado divulgado en su canal de Telegram. La nota posteriormente pasó a privado, pero fue vista por la agencia de noticias AFP.

Además, la FEU invitó “a la dirección de nuestra Universidad de La Habana a reconocer legítima esta protesta en función de (...) evitar la tergiversación en nuestras revolucionarias y honestas intenciones”.
No fue la única en alzar la voz. En otro comunicado, la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología se sumó “a la exigencia de la Facultad de Matemática y Computación de revocación total de las nuevas medidas impuestas por ETECSA”.
La dirección de la Universidad de La Habana respondió a través de Facebook: “Que nada ni nadie interrumpirá nuestros procesos docentes con convocatorias totalmente alejadas del espíritu que ha animado los intercambios con las organizaciones estudiantiles y juveniles”.
Pero también la Asociación Hermanos Saíz, que agrupa a jóvenes artistas e intelectuales, se sumó al descontento y dijo que las nuevas tarifas tornan el acceso frecuente a internet “insostenible para muchos creadores”.
La empresa de telecomunicaciones reaccionó el lunes por la noche. Dijo que los estudiantes tendrán derecho a dos recargas mensuales de 720 pesos (6 dólares) y se comprometió a garantizar el acceso gratuito a instituciones educativas, sanitarias y científicas.
Fuertes protestas en las redes sociales
Pero la medida no logró calmar el descontento de la población. Las redes sociales están que arden.
“Usted no puede transmitir en vivo las protestas, se venció su paquetico de megas. Para una nueva compra elija un paquete extra. Ah no, verdad que no puede pagarlo”, ironizó un cubano en la cuenta de Facebook de la plataforma opositora Archipiélago.
Otro escribió: “Es muy lindo y sorpresivo lo que está pasando con los universitarios en protesta. Aunque no llegue a mucho más y se quede en ese gesto, nos devuelve por un instante la esperanza”.
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El descontento es tan marcado que hasta el propio diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista, abrió los comentarios a una nota que tocó el tema, algo que no es habitual por la enorme censura a la prensa que existe en la isla. Las repercusiones autorizadas, si bien dentro de un marco de respeto y de respaldo al gobierno, fueron críticas.
“Los sectores impactados somos todos, estudiantes, trabajadores, jubilados, TODOS”, dijo un usuario llamado Beco en la edición de este miércoles, bajo un artículo titulado “Las nuevas medidas de Etecsa son necesarias, pero se buscarán soluciones para proteger a sectores impactados”.
“No es posible que se sigan cobrando en la moneda del enemigo servicios vitales. El pueblo no aguanta más compañeros”, escribió Alejandra en el mismo diario del PCC.
“Una medida desesperada”
En su diálogo con TN, Everleny dijo que las nuevas tarifas “no tienen ninguna relación con los ingresos de la población. Lo que quieren es una política que, a costa de más sacrifico, logre mejorar la eficiencia de una empresa estatal”.
“Es una medida desesperada y que afecta directamente al poder adquisitivo de la población que está en su peor momento. En medio de la escasez de petroleo, combustible doméstico, grandes apagones, falta de alimentos y transporte, ¿cómo van a tomar una medida que va a afectar el bolsillo de la gente", se preguntó.
Para el economista, más allá de los estudiantes y científicos para quienes internet es un servicio esencial, “una persona que esta con 22 horas de apagón, el único aliciente que tenía era estar comunicado con el mundo”.