Un matrimonio tenía a sus hijos en pésimas condiciones, sin escolarizar y encerrados desde hacía cuatro años. Ocurrió en Oviedo, España. La denuncia de una vecina alertó a las autoridades policiales que descubrieron la macabra situación. “Les devolvimos la vida”, dijo uno de los agentes que participó del operativo.
Los chiquitos eran tres, dos gemelos de 8 años y el mayor, de 10. Desde 2021 no salían de la casa, ni siquiera al patio. Usaban pañales y dormían en cunas. El domicilio estaba en completo estado de abandono, sucio, sin ventilación y desordenado. En una habitación también había un gato, en malas condiciones de higiene y salud, rodeado de sus propios excrementos.
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La familia vivía en un chalet ubicado en Fitoria, en la falda del Monte Naranco. “Desmantelamos la casa de los horrores“, dijo el comisario principal de la Policía Local de Oviedo, Francisco Javier Lozano, y agregó: ”Les devolvimos a la vida a tres menores. Jamás pensé que algo así podía ocurrir en este país".
La pareja fue detenida este martes y enfrenta cargos por los delitos de abandono y maltrato infantil. Se trata de un hombre y una mujer, de 53 y 48 años, respectivamente. El padre es alemán, doctor en Filosofía y trabajaba desde casa. La madre, por su parte, es de origen estadounidense, aunque también tiene la nacionalidad alemana, según informó La Nueva España.

Los menores habían permanecido durante cuatro años aislados del mundo: “Estaban ajenos a todo contacto con la realidad. Uno de ellos tocaba la hierba con las manos sorprendido. En cuanto los sacamos, los tres se pusieron a respirar profundamente como si nunca hubiesen estado al aire libre”, dijo uno de los investigadores.
La denuncia que les salvó la vida
Una vecina alertó que algo raro pasaba en esa casa, por lo que decidió dar aviso a las autoridades sobre la situación “sospechosa”. La mujer llamó al servicio de Familia e Infancia del Ayuntamiento de Oviedo y dijo que a veces escuchaba voces de nenes e incluso creía haberlos visto a través las ventanas, sin embargo, nunca los veía salir de la casa.
La Policía Local decidió montar un operativo para constatar el estado en el que se encontraban los menores y verificar la escolarización de los mismos. Así fue como el pasado 14 de abril montaron una guardia frente a la casa.
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“No se veía movimiento, las persianas siempre estaban bajas. En la casa solo estaba censado el hombre, pero tampoco lo vimos salir en ningún momento. Solo abría la puerta para recoger los pedidos de comida de los supermercados. No había ni vehículos”, explicó uno de los inspectores municipales.

Después de solicitar el permiso correspondiente ante la Fiscalía de Menores, los agentes ingresaron a la casa a las 11 de la mañana del pasado lunes con una orden de registro. El padre los atendió descalzo y desaliñado.
“Desde el primer momento nos dijo que en la casa había menores. Fue él quien nos dejó pasar, aunque nos mandó que esperásemos a que les pusiesen la mascarilla a los niños”, contó al citado medio uno de los policías que estuvo en el lugar. También les pidió a ellos que se pusieran mascarilla y que mantuviesen distancia de los menores, “por seguridad”.
Finalmente aparecieron los chiquitos, junto a la mamá: “Estaban muy asustados y en torno a la madre, que nos decía todo el rato que los pequeños tenían graves patologías y que no nos acercásemos a ellos. Llevaban tres mascarillas cada uno puestas, una encima de otra”, detalló otro policía.
Los servicios sociales constataron que los menores estaban sucios, en pijama y gravemente desatendidos. Los tres usaban pañales debajo del pijama. La madre dijo que eso era habitual. La casa estaba en muy malas condiciones: “estaba llena de basura por todas partes, hasta debajo de las camas... las ventanas estaban cerradas de forma que se viera lo menos posible desde el exterior”, revelaron.

Los gemelos dormían en cunas de bebé sin patas, apoyadas en el suelo. El mayor de los hermanos dormía en otra habitación, en una cama “muy pequeña para su edad”, que era “una especie de camastro” y que también estaba “sin patas y apoyado en el suelo”.
El argumento de los padres y la causa judicial
La madre dijo que llevaban tres meses viviendo en Oviedo, pero rápidamente se quebró y reconoció que vivían en ese chalet desde diciembre de 2021. Según contó, no dejaban salir a sus hijos para protegerlos, ya que su estado de salud era “muy delicado” y querían evitar que empeore.
“Explicó que tenían previsto regularizar la situación pero que tenían miedo a salir y se dejaron llevar. Después, al ir pasando el tiempo, el miedo lo tenían a ser descubiertos por la policía por lo que estaban haciendo”, dijeron los investigadores en diálogo con La Nueva España.
Los chiquitos fueron revisados en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), no habían tenido chequeos médicos desde el 2019, cuyos resultados constataban que estaban completamente sanos, lo que contradice el discurso de la mamá.
Los menores quedaron en manos de la Dirección General de Infancia y Familia de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar del Principado. Mientras que los padres quedaron detenidos en el cuartel de la Guardia Civil de Oviedo y este miércoles fueron puestos a disposición de la Justicia.