Donald Trump viajó a Italia junto a su esposa, Melania, para estar presente en el funeral del papa Francisco este sábado. Su llegada no pasó desapercibida; el presidente de Estados Unidos llegó a la plaza San Pedro vestido de azul, destacando entre la mayoría que vestía de negro, en señal de luto.
Además, durante la homilía el mandatario se mostró inquieto, mascando chicle y sin aplaudir. En medio del discurso del cardenal Re, en el cual hizo referencia al conflicto del país norteamericano con los refugiados y migrantes, Trump sacó un chicle del bolsillo y se lo metió en la boca delante de las cámaras que lo apuntaban.
El cardenal recordó la histórica misa de Francisco en la frontera entre México y EEUU, también mencionó una de las frases más recordadas del papa, cuando expresó que “los muros no eran la solución”. Su mensaje fue aplaudido por todos, menos por Donald Trump.
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