Una joven de 16 años fue secuestrada por tres delincuentes y mantenida cautiva durante varias horas cuando salió de su casa para comprarse una funda para el celular. El hecho ocurrió en la localidad brasileña de São Vicente, en el litoral de San Pablo.
Según denunció a la policía, la víctima fue sorprendida por tres hombres que la empujaron en un auto negro en el que viajaban.
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El dramático episodio ocurrió el lunes 24 de marzo por la tarde, cuando iba a una feria a comprar el artículo para celular.
Al no tener noticias de su nieta, su abuelo fue a la comisaría para denunciar su desaparición. También recorrió el mercado con una foto de la joven, pero ningún comerciante la había visto. Según dijeron, la adolescente tampoco contestaba las llamadas.
La víctima fue liberada por los delincuentes el martes por la mañana y apenas pudo, llamó a su familia. La encontraron cerca de una playa.
La joven dijo que estaba caminando hacia el centro cuando fue abordada por tres hombres desconocidos en un automóvil negro. Bajo amenaza, los delincuentes le exigieron su teléfono celular antes de empujarla al interior del vehículo y llevarla a Santos, donde permaneció cautiva en un departamento.

Los delincuentes intentaron acceder al teléfono de la víctima sin éxito, y solo le robaron 200 reales que estaban guardados en la funda del aparato.
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La joven aseguró que no fue acosada sexualmente por los delincuentes y tuvo que dormir bajo vigilancia en el living.
El caso fue registrado como robo, secuestro, detención ilegal y búsqueda de persona. Las investigaciones están en curso.
Un argentino fue secuestrado y torturado en Brasil: lo liberaron tras pagar 16 mil dólares
En enero, un argentino de 37 vivió una película de terror en Camaçari, en la región metropolitana de Salvador de Bahía, tras ser secuestrado junto a un amigo y torturado por un grupo de delincuentes.
Lo liberaron 12 horas después, tras el pago de una cifra superior a los 16 mil dólares, y tuvo que quedar internado durante varios días debido a las heridas que sufrió durante el ataque.
Según informó el medio G1, tras su liberación, el argentino, un comerciante que vive en Brasil, dijo a la Policía que había realizado “transferencias por valor aproximado de 100.000 reales (unos 16.522 dólares) a varias cuentas”.
“Fueron casi 12 horas en las que estuvieron secuestrados por los secuestradores. Hasta los obligaron a cavar una fosa y les dijeron que los iban a matar. Ellos estaban seguros de que los matarían. Uno incluso recibió un disparo que no fue fatal”, dijo la policía.