James Hamblin, un médico especializado en salud pública y docente en la Universidad de Yale, reveló que había dejado de bañarse desde 2017. El profesional de 42 años aseguró que su decisión fue reflexiva acerca de los efectos que generan los productos de higiene.
De acuerdo con el médico, estos alteran el microbioma de la piel, que está compuesto por bacterias que ayudan a mantenerla en equilibrio. Según su experiencia, durante los primeros meses su cuerpo pasó por un proceso de adaptación, en el que percibió que su olor corporal era más fuerte.
Sin embargo, con el paso de las semanas, el olor desapareció.
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Actualmente, reveló en diversas entrevistas que su rutina de limpieza se basa solamente en agua y no usa jabón, shampoo ni desodorante. “Nos lavamos por costumbre, porque es lo que dicta la norma social, no porque lo necesitemos desde un punto de vista médico”, afirmó en su libro “Clean: The New Science of Skin (Limpia: la nueva ciencia de la piel)”, en el que critica los métodos modernos de higiene.
Hamblin sostiene que ser excesivo en la limpieza es perjudicial para la salud cutánea. Desde su experiencia, para mantener una flora de la piel equilibrada, se deben evitar los productos químicos, ya que algunos destruyen las bacterias protectoras del cuerpo y debilitan las defensas naturales.
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Por su parte, algunos dermatólogos mostraron interés en su planteo, aunque señalaron que no es aplicable a todos los casos. De todas maneras, Hamblin señala que “es posible vivir con menos productos sin renunciar a la salud”.