La conmoción se apoderó de Belo Horizonte, Brasil, tras el brutal asesinato de Clara Maria, una joven de 21 años que trabajaba como ayudante de cocina en una panadería y también se desempeñaba como artista. Su cuerpo fue escondido bajo una capa de cemento en un intento de encubrir el crimen y evitar que la policía lo descubriera.
La joven, nacida en Uberlândia, había enfrentado desafíos desde chica. Huérfana de su padre, tuvo que vivir sola a los 14 años y construyó su camino con esfuerzo y dedicación. Trabajaba en una panadería y, al mismo tiempo, se dedicaba a la producción de piezas de arcilla y pinturas, una de sus grandes pasiones, informó g1. Además, le fascinaba andar en monopatín y sentía un amor incondicional por sus dos gatos.
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“Clara era una persona llena de energía. Siempre traía alegría y buenas vibras. Su carrera fue una inspiración para todos nosotros”, contó su amigo Fernando Sorrentino, devastado por la noticia.
El pasado domingo 9 de marzo, la joven desapareció luego de ir a cobrar una deuda de 400 reales (un poco más de 70 mil pesos argentinos) que le debía un antiguo compañero de trabajo, Thiago Schafer Sampaio. Según su amiga Maria Venancio Rodrigues, con la que además vivía, Clara le envió un mensaje a las 22:45 diciéndole que había cobrado el dinero y que iba de regreso a su casa, un trayecto que no tardaba más de diez minutos. Sin embargo, nunca llegó.
Horas después, su amiga recibió otro mensaje que solo decía: “Hola, estoy bien. Ahora estoy ocupada”. Aquello le pareció extraño, al igual que el último mensaje recibido en la mañana del lunes, donde Clara la llamaba “amiga”, algo que no era habitual. Desde ese momento, su teléfono se apagó y nadie pudo volver a comunicarse con ella.
Tras una intensa búsqueda, el cuerpo de Clara Maria fue encontrado este miércoles en un pasillo angosto de una casa en el barrio de Ouro Preto. Estaba enterrado y cubierto por una capa de hormigón que no había terminado de secarse.
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La Policía Civil detuvo a tres sospechosos: Thiago Schafer Sampaio, Lucas Rodrigues Pimentel y Kennedy Marcelo da Conceição Filho. Thiago y Lucas confesaron su participación en el crimen, mientras que Kennedy negó cualquier implicación y fue liberado.
El brutal asesinato de Clara Maria dejó un profundo dolor en su círculo cercano. “Fue una catástrofe lo que pasó. Todo el mundo está desolado”, expresó su amigo Fernando.
