En el marco del acuerdo con Israel, el grupo terrorista Hamas liberó este sábado al argentino Iair Horn, que fue secuestrado en octubre de 2023. En diálogo exclusivo con TN, Sergio Chmiel, su tío, contó como atraviesa la familia este momento. La alegría por la vuelta de uno de los suyos, pero la incertidumbre por la falta de información de Eitan, aun en manos de los secuestradores.
Leé también: Video: tras casi 500 días secuestrado, así fue el momento de la liberación del argentino Iair Horn
“Se lo ve muy bien dentro de todo, un poco flaco, pero con la sonrisa de siempre”, relató Sergio sobre el estado de salud de Iair y agregó que durante las horas previas a la liberación “no podía respirar” hasta el momento “en que escuché que los rehenes pasaron a manos del ejército de Israel”.
Iair fue secuestrado el 7 de octubre de 2023 junto a su hermano Eitan. El argentino pasó casi 500 días en cautiverio. Su familia dio las gracias a las Fuerzas de Defensa de Israel por arriesgar sus vidas en Gaza y aseguraron que no dejarán de trabajar hasta que todos los rehenes sean liberados.
-Sergio, ¿Cómo está Iair?
-Realmente lo vi muy poco porque todo el tiempo se los llevan a hacer revisiones médicas, pero lo poco que lo, vi alcancé a cenar con él, se lo ve muy bien dentro de todo, un poco flaco. Pero dentro de todo bien, con la sonrisa de siempre.
-¿Qué te contó?
-La verdad que no hablamos. Nos dijeron que no preguntemos, que lo que él quiere va a contar y que nosotros no hagamos preguntas, así que no preguntamos y él tampoco por ahora contó mucho. Pero, otra vez, se lo ve bien, se lo ve tranquilo, se lo ve contento de estar acá con nosotros.
-¿Cuánto tiempo va a estar en el hospital?
-No se sabe de antemano. Acá la gente que volvió estuvo más o menos una semana en el Hospital. Pero a Iair se lo ve bien, tranquilo, contento, feliz de estar con nosotros. Y por ahora no le hacemos preguntas. Hay que darle tiempo. Fueron casi 500 días en cautiverio, no es una situación fácil. Así que hay que darle el tiempo.
-Me decías que lo viste más flaco...
-Más flaco de lo que estaba en su momento, pero más gordo de lo que me imaginé. Los que volvieron estaban todos muy flacos y yo tenía miedo que él también vuelva a así. Volvió flaco, pero dentro de todo, mejor de lo que esperaba.

-¿De Eitan saben algo?
-No, de Eitan no sabemos nada todavía. Tampoco le preguntamos, así que estamos esperando que él cuente.
¿Saben si lo pudo ver, si tuvo algo de información o estuvo con él?
No, no sabemos nada. Todo está todo muy fresco todavía. Me imagino que en unos días vamos a saber mucho más.
Leé también: El emotivo posteo sobre Iair Horn, con un video inédito de Atlanta: “Entero lo llevaron, entero lo queremos”
-¿Qué sienten ustedes? Me imagino la alegría, pero también la incertidumbre por Eitan. ¿Qué se les pasa a ustedes por el corazón?
-Hoy en día estamos 100% estamos con Iair, dándole todo el amor y el cariño que él se merece y a partir de mañana volveremos a luchar y a seguir adelante para que vuelva, no solo Eitan, sino todos los rehenes. Es una situación donde, por un lado, es una gran alegría de tenerlo acá y, por otro lado, es la esperanza de que dentro de poco también Eitan esté con nosotros. Somos muy optimistas y esperamos que todo esto se termine pronto.
-¿Te imaginaste que este momento iba a llegar?
-Sí, todos teníamos muy en claro que en algún momento los dos iban a volver. No sabíamos si juntos o separados, pero sabíamos que iban a volver.
-¿Cómo pasaron estos casi 500 días?
-No tengo idea, pregúntame quizás dentro de 15 años y si te voy a poder decir. Fueron 500 días muy muy difíciles. Levantarse cada mañana sin saber nada, ir a dormir a la noche sin saber nada. Teníamos muy poca información de qué es lo que estaba pasando con ellos. La última vez que habíamos escuchado algo fue a fines de noviembre de 2023. Así que toda esa incertidumbre día a día fue muy difícil. Y bueno, ahora la mitad del problema lo solucionamos. Esperamos que no sean otros 500 días para que Eitan este acá con nosotros.
-¿Qué es lo primero que te imaginás que te gustaría hacer, compartir, con Iair ahora?
-Lo que él quiera, darle la libertad de elegir lo que él quiera. Cuando nos encontramos todo lo que hice fue darle un abrazo.

-¿Cómo fue ese abrazo de reencuentro?
-Una gran alegría. Tenía miedo de abrazarlo demasiado fuerte porque estaba flaquito, pero un abrazo con mucho amor, así como me lo imaginé todo este tiempo y eso es todo.
-¿Qué le dijiste en ese abrazo?
-Todo el tiempo que me preguntaban qué le vas a decir cuando lo veas, mi respuesta era que a veces no se faltan las palabras. Es algo que aprendí de mi abuelo, que en paz descanse. A veces callarse es más inteligente que hablar. Así que solamente lo abracé, lo miré a los ojos, le dije cuánto lo extrañé y cuánto lo quiero y eso fue todo.
-¿Y qué decían los ojos de Iair? Aunque no hayan hablado
-Feliz de estar acá junto con nosotros, por un lado, y, por otro lado, la tristeza de haber dejado a Eitan allá. Pero sabiendo que dentro de poco va a volver él también.
-¿Estaban ansiosos, temerosos?
-Sí, muy, hasta hoy a la mañana. A la noche no dormí y a la mañana, cuando empecé a mirar la tele, no podía respirar casi hasta el momento en que escuché que los rehenes pasaron a manos del ejército de Israel. Recién ahí pude respirar y festejar.
-¿Qué es lo que esperan, lo que desean de acá en adelante? Me imagino que, obviamente, la liberación de Eitan, pero, ¿qué es lo que ustedes proyectan y cómo están viviendo todo esto y cómo esperan que sea todo de acá en adelante?
-No queremos hacer planes, vamos a tener que tener mucha paciencia. El proceso de recuperación va a ser largo y hasta que no vuelva Eitan no tenemos la familia completa y cuando estén los dos acá, vamos a despacito, cada uno a su ritmo hasta volver a la normalidad, a la familia unida que siempre fuimos.