Tras varios días de sismos, Grecia declaró el estado emergencia en Santorini. Se trata de una isla más pequeña que la Ciudad de Buenos Aires y que convoca a millones de turistas año a año.
El lunes 3 febrero se reportó que cientos de personas, tanto turistas como locales, dejaron la isla por una serie de temblores que se estaban produciendo en ese entonces y que no pararon de sucederse.
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Mientras la Ciudad de Buenos Aires tiene una extensión territorial de 203,3 km², Santorini tiene 76,19 km². La historia de esta localidad está marcada por una antigua erupción volcánica que derivó en su conformación. Esta se produjo hace 3500 años, aproximadamente.
Teniendo en cuenta este aspecto histórico, el hecho de que la isla se encuentra sobre un volcán, existe la posibilidad de que este, a lo largo de los años, se haya ‘recargado’. Por eso, en un contexto sísmico como el actual, hay quienes piensan en la posibilidad de otra erupción.
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Sin embargo, según los vulcanólogos citados en un reportaje de 20Minutos, “la isla está en medio del ciclo, lejos de una detonación dramática. Por el momento no han detectado signos de ascenso de magma”.
De acuerdo con información de BBC, más de 11 mil personas dejaron la isla en los últimos días. La declaración del estado de emergencia se produjo luego de que el miércoles 5 de febrero se registrara un temblor de magnitud 5,2 a las 21:09 de Grecia.
El movimiento telúrico se produjo entre las islas griegas de Amorgos y la mencionada Santorini. Este fue el más fuerte de los últimos días. Se calcula que se originó a unos 5 kilómetros de profundidad. Entre la medianoche del jueves 6 de febrero y las 6:30 horas, las autoridades registraron al menos 56 temblores.
Sismos, miedos y riesgos económicos
De acuerdo con los expertos, los sismos recientes son por las cinco fallas submarinas que hay en la zona. Se estima que pueden generar terremotos de hasta 7,7 de magnitud.
Según EFE, la preocupación de los residentes no radica solo en su bienestar físico, sino también en el futuro económico de la isla. “Si persiste este fenómeno, es lógico que haya un impacto negativo en la temporada de primavera”, dijo a la agencia de noticias Antonis Ioannidis un empresario hotelero.
“Ya el verano anterior no fue tan bueno como el 2023, y ahora vienen estos sismos que ponen la cereza al pastel”, agregó Ioannidis. Por su parte, otra persona dijo: “La gente, tanto turistas como habitantes, está huyendo de la isla. Es completamente normal. La gente tiene miedo y no quiere estar cerca de los terremotos”.
