Al menos 30 personas murieron en las últimas horas en Estambul tras consumir alcohol adulterado, mientras que otras 31 están internadas en terapia intensiva, que si logran sobrevivir, sufrirán importantes secuelas, como daños cerebrales y pérdida de visión, informó la cadena de televisión NTV.
La bebida se producía en una casa cercana al lugar de venta. Durante un allanamiento, la policía encontró unos 50 litros de alcohol falsificado, drogas, una balanza de precisión, resina de opio y muchos medicamentos.
Leé también: Avanzan los incendios en California y crece la tragedia: ya hay al menos 25 muertos y 150.000 evacuados
Según la agencia de noticias estatal Anadolu, en lo que va del 2025, ya murieron 34 personas por esta causa en Turquía. Se cree que las bebidas alcohólicas están siendo adulteradas de manera ilegal con metanol, un compuesto más barato que el etanol y que funciona como sustituto.
Las intoxicaciones por alcohol son bastante frecuentes en ese país en el último tiempo, puesto que la producción clandestina aumentó a raíz de la suba en los impuestos en este tipo de bebidas. El año pasado se registraron 48 muertes solo en la capital del país.
Mientras que desde el Ministerio de Sanidad aún no hicieron declaraciones, el gobernador de Estambul informó este martes por la noche que 63 empresas perdieron sus licencias por vender alcohol adulterado. Por su parte, los comerciantes acusan al gobierno de ser responsable dada las altas tasas impositivas.
El raki, el licor de anís nacional de Turquía, es el más falsificado. Su costo aumentó considerablemente, alcanzando aproximadamente 1.300 liras (37,20 dólares) por litro en las tiendas. A partir del 1 de enero, Turquía elevó el salario mínimo a 22.104 liras (600 dólares), indicó el portal de noticias CBS News.
Leé también: El testimonio de la mamá de dos rehenes argentinos en Gaza: “No pararemos hasta que los secuestrados vuelvan”
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, un líder musulmán criticado por supuestamente intentar islamizar la sociedad, expresa de forma constante su desaprobación hacia el consumo de alcohol y tabaco.
Erdogan, quien asumió la presidencia en 2014 tras haber sido primer ministro del partido en el poder, es una figura clave en la reforma de las leyes turcas relacionadas con el alcohol. Desde 2013, en ese país está prohibida la publicidad de bebidas alcohólicas, así como el patrocinio de eventos por parte de marcas de alcohol y la representación del consumo de estas bebidas en los medios de comunicación.