Los rebeldes islámicos que tomaron el poder en Damasco designaron como jefe de gobierno transitorio a Mohamad al Bashir, hasta ahora premier de facto del ejecutivo instalado en el bastión insurgente de Idlib, en el noroeste de Siria. El nuevo mandatario ejercerá sus funciones hasta el 1 de marzo, según anunció este martes un comunicado oficial difundido por la televisión siria.
“El mando general nos ha confiado la tarea de dirigir el gobierno transitorio hasta el 1 de marzo”, indicó un comunicado de al Bashir. El informe lo presentó como el nuevo primer ministro del país.
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Una fuente de Hayat Tahrir al Sham (HTS), la formación islamista que dirige la coalición rebelde que tomó el poder en Damasco, precisó que Al Bashir encabezará “un gobierno encargado de los asuntos corrientes”.
Este gobierno ejercerá “hasta el lanzamiento del proceso constitucional”. Entonces se formará “un nuevo gobierno”, puntualizó la fuente.
Después de años en los que el conflicto sirio estuvo congelado, los rebeldes dirigidos por el grupo HTS lanzaron desde el noroeste una ofensiva relámpago con la que lograron derrocar al presidente Bashar al Assad, quien huyó del país.
Este lunes, el líder de HTS, Abu Mohamed al Golani, habló con el ex primer ministro Mohamed al Jalali para “coordinar la transición de poder”, después de que el Parlamento y el partido Baaz, que estaba al poder con al Assad y su padre Hafez, anunciaron su apoyo al proceso de transición.
Quién es el nuevo “premier” sirio
Nacido en Jabal Zawiya (noroeste de Siria) en 1983, al Bashir fue designado por los rebeldes para liderar la transición en Siria.
Al Golani, el líder islamista que encabezó la ofensiva rebelde, y el ex primer ministro sirio Mohamed Ghazi al Jalali, respaldaron su nombramiento, según fuentes locales.
El político islamista se graduó en Ingeniería Eléctrica y Electrónica en la Universidad de Alepo en 2007 y, posteriormente, en Sharía (ley islámica) en la Universidad de Idlib, la provincia nororiental que sirvió de principal feudo opositor en los últimos años y de donde es oriundo.
En 2011, trabajó en la Compañía Siria de Gas como responsable del departamento de instrumentos de precisión, de acuerdo a su currículum.
También cuenta con diferentes diplomas, entre los que destacan sus cursos en inglés avanzado, así como certificados en gestión de proyectos y planificación administrativa.
El salto a la política lo dio tras las revueltas populares de 2011 contra Al Asad, en el marco de la llamada “Primavera Árabe”, que se extendieron por toda Siria y fueron duramente reprimidas por el Gobierno de Al Assad y de sus aliados, entre ellos Irán y Rusia.
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Al Bashir fue nombrado en enero pasado como jefe del Gobierno de Salvación, una suerte de rama política que está vinculada al Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham o HTS, en árabe), y cuya sede está en Idlib.
Antes se desempeñó como ministro de Desarrollo y Asuntos Humanitarios bajo el que era entonces el cabecilla de esa administración en Idlib, Ali Keda.
Durante ese período de tiempo, se centró en modernizar esta región tan castigada por la guerra y atender las necesidades humanitarias de las alrededor de tres millones de personas en esa provincia, la mitad de ellas desplazadas.
Sin embargo, Al Bashir tuvo que enfrentar varios problemas durante su cargo como jefe del Gobierno de Salvación.
En febrero, grupos de manifestantes salieron a las calles de algunas ciudades de Idlib pidiendo la caída de Al Golani, según informaron activistas, en protestas que continuaron durante algunos meses.
Sus demandas iban desde el fin de las violaciones de derechos humanos en las cárceles, así como reformas económicas en la región por sus malas condiciones de vida y la oposición al monopolio de la toma de decisiones por parte de HTS, que es tan solo uno de las decenas de grupos que componen la oposición a Al Asad en Siria.
Las unidades de seguridad de HTS atacaron a los manifestantes con porras y gases lacrimógenos y prosiguieron de forma esporádica durante meses, mientras que Al Bashir emitió un decreto de amnistía general para autores de delitos que hubieran mostrado buena conducta con el fin de contentar a la población.
Según el informe de septiembre de 2024 de la Comisión de Investigación sobre Siria, creada por la ONU, las protestas siguieron a campañas de arrestos contra miembros del HTS, grupos rivales, partidos políticos y civiles, incluidas mujeres y niños de hasta 7 años, mientras que los detenidos fueron sometidos a tortura.
(Con información de EFE y AFP)