La COP29 de Cambio Climático de la ONU comenzó con grandes expectativas en torno a delinear una nueva meta de financiamiento para que los países en vías de desarrollo puedan hacer frente a las consecuencias derivadas del calentamiento global y del cambio climático. Sin embargo, las pretensiones iniciales no fueron resueltas y a pesar de que se logró un acuerdo general para aumentar los montos, quedó un sabor amargo ya que pareciera que las naciones desarrolladas podrían hacer un poco más al respecto.
Este domingo, tras varios intentos de instalar montos que apenas duplicaban el monto actual, se acordó un financiamiento anual de US$300 mil millones que deben ser aportados en gran medida por los países desarrollados.
Lo llamativo no son solo los fondos insuficientes para las ambiciones de los países en desarrollo, también lo fue la demora para proponer montos finales, algo que se dio sobre el cierre y que obligó a extender la cumbre.
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Finalmente, este domingo se pactó el monto anual pretendido por las naciones en desarrollo, pero con un detalle no menor: será recién dentro de diez años.
Meta a diez años
Uno de los últimos textos que corrieron por la cumbre tomó la petición del segmento de países en vías de desarrollo, que pedían por una nueva meta de financiamiento en torno a los US$1300 millones. Sin embargo, los plazos para llegar a ese monto se estiran, según el documento presentado por la presidencia de la COP29, hasta el 2035.
Además, no hay una situación vinculante hacia los países desarrollados para que aporten esa cantidad sino que apenas existe un “llamamiento” a las naciones, lo que configuraría casi una actitud voluntaria. El mismo sería para todos, por lo que esto sería un paso atrás para las naciones menos desarrolladas que necesitan del financiamiento para afrontar los fenómenos extremos que derivan del cambio climático.
Finalmente, a pesar de que no colma las pretensiones del pedido inicial, quedó todo establecido de esa manera por lo que las naciones en desarrollo deberán esperar diez años para comenzar a ver el monto solicitado.
Por su parte, habrá informes anuales para revisar este punto hasta 2027 y se revisará la medida en 2030.
Montos anuales
Las sorpresas no solo vinieron por la meta temporal del objetivo de los US$1300 millones anuales, sino que, a eso, se sumó el estimado que la presidencia de la cumbre puso a consideración de los países como monto anual hasta 2035.
El objetivo propuesto para los próximos diez años gira en torno a los US$250 mil millones anuales, apenas US$150 mil millones más que la meta actual y más de mil millones por debajo de lo requerido por países que corren riesgo de desaparecer en caso de que el nivel del mar siga aumentando.
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Regulación de mercados de carbono
El otro gran tema en la COP29 era la necesidad de regular los mercados de carbono, una cuestión que la ONU tenía pendiente desde que se establecieron los mismos con el Acuerdo de París en 2015.
Los créditos de carbono nacieron para ser adquiridos por Estados que busquen mitigar sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En caso de que las naciones logren ese objetivo, la idea era que puedan venderlos a otros países que necesiten de estos créditos para lograr el mismo objetivo.
Las principales normas fueron acordadas con más rapidez que los montos de financiamiento climático. En ese sentido, la ONU garantiza que habrá registros de seguimiento de las operaciones.
Además, aseguraron que, a través de este mecanismo, los países menos desarrollados podrán tener una vía adicional de acceso a financiamiento climático. Pero señalaron que durante el año que viene se seguirán revisando las principales cuestiones del acuerdo para pulir al máximo el funcionamiento de estos nuevos instrumentos.
La próxima edición de la cumbre será en Brasil, con nuevos montos de financiamiento definidos y los mercados de carbono regulados, aunque con la sensación de que todavía queda mucho por hacer.