El final de Liam Payne fue tan trágico como inesperado. El músico británico había llegado a la Argentina a fines de septiembre para asistir al recital de Niall Horan, su amigo y excompañero de One Direction, que tuvo lugar en el Arena de Villa Crespo.
No era la primera vez que Payne visitaba Buenos Aires. Si bien el cantante había cancelado su gira por Sudamérica en 2023 por una grave infección renal, los fans tuvieron la oportunidad de verlo en mayo de este año cuando asistió al show de Louis Tomlinson -también un exintegrante del grupo musical- en el Estadio Vélez.
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El artista regresó en septiembre y luego de estar en el concierto de Horan, decidió pasar algunos días más en la ciudad porteña junto a su novia, Kate Cassidy. Ella viajó sola a Miami algunos días después.
El 16 de octubre, alrededor de las 17, un camión de bomberos y patrulleros de la Policía llegaron al hotel CasaSur Palermo, en la calle Costa Rica al 6032, por un llamado al 911 que alertaba sobre un hombre agresivo que podría estar bajo los efectos de drogas o alcohol.
Así corroboraron que Payne había muerto al caer del tercer piso del alojamiento. El titular del SAME, Alberto Crescenti, explicó a TN que el artista británico “presentaba lesiones incompatibles con la vida producto de su caída”.
El informe preliminar de la autopsia determinó que el cantante murió por politraumatismos que le provocaron una hemorragia interna y externa. En su habitación encontraron indicios que había consumido distintas drogas. De esta manera, la causa fue caratulada como “muerte dudosa”.
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La Justicia aguardaba por estos días los resultados de los análisis toxicológicos y los análisis de distintos dispositivos electrónicos para avanzar en la causa. Y también para permitir que la familia Payne pueda llevarse el cuerpo del país.
Whitney Houston
La vida y carrera de Whitney Houston fueron una mezcla increíble de éxito, talento y una lucha contra las adicciones. A medida que éxitos como “I Will Always Love You” y “Greatest Love of All” la posicionaron en lo más alto de la industria, la presión de la fama y los conflictos en su vida personal empezaron a ser un obstáculo.
En sus últimos años, la adicción al alcohol y a las drogas se hizo más evidente, lo que afectó no solo su salud, sino también la relación con su familia y sus fanáticos.
El 9 de febrero de 2012, Whitney se reunió con el productor Clive Davis y las cantantes Brandy Norwood y Monica Arnold, para realizar los ensayos de la fiesta previa a los Premios Grammys. La artista asistió esa noche a una fiesta en el club True Hollywood de Los Ángeles, y cantó en vivo con Kelly Price, pero la prensa se enfocó en lo deteriorada que se había visto en esa performance. Su última canción fue “Jesus Love Me”.
Dos días más tarde, Houston fue encontrada muerta en la bañera de su habitación en el hotel Hilton de Beverly Hills. La autopsia reveló que se ahogó por accidente por los efectos de una enfermedad cardíaca y el consumo de cocaína. A su vez, las pericias determinaron que en su cuerpo había restos de Benadryl, Xanax, cannabis y Flexiril.
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Su hija, Bobbi Kristina Brown, murió en circunstancias similares tres años después. Ambas están sepultadas en el cementerio de Westfield, en Nueva Jersey.
Janis Joplin
Janis Joplin fue una de las figuras más emblemáticas del rock y el blues de los años 60. Con una voz poderosa y un estilo único, era un símbolo de la contracultura, aunque su carrera en sus últimos años estuvo marcada por los excesos de la fama.
Si bien Joplin tenía un éxito innegable, en la intimidad luchó contra la soledad y la presión de estar en el ojo público, dos cuestiones que intentó aplacar con el consumo excesivo de drogas y alcohol.
A inicios de octubre de 1970, la cantante trabajaba en su canción “Buried Alive in the Blues” en el estudio de grabación Sunset Sound Recorders en Los Ángeles. Pero todo cambió cuando en la tarde del 4 de ese mismo mes no se presentó a seguir grabando y su tour manager, John Cooke, la fue a buscar a la habitación del hotel Landmark Motor, donde se estaba hospedando.
En ese cuarto, el cuerpo de Janis Joplin, de tan sólo 27 años, estaba tendido en el piso al costado de la cama. En uno de los cajones de la mesita de luz, había una cuchara y una aguja hipodérmica, dos herramientas con las que la artista sufrió una sobredosis de heroína.
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A su funeral, sólo asistieron sus padres y una tía, y su cadáver fue cremado inmediatamente después. Luego, sus cenizas fueron esparcidas en el Océano Pacífico a lo largo de Stinson Beach, en California.
Joplin, que pensaba que la muerte debía ser “celebrada”, había guardado 2500 dólares para que se realice una fiesta en su honor en caso de que muriera. Al festejo, fueron invitadas alrededor de 200 personas con un mensaje que hacía referencia a su apodo y al nombre de su álbum póstume: “Las bebidas son por Pearl”.
Taylor Hawkins
Otra de las muertes que causó conmoción en los últimos años fue la de Taylor Hawkins, el carismático baterista de los Foo Fighters. A lo largo de su carrera, el músico estadounidense fue un pilar del rock contemporáneo, al contribuir con éxitos que resonaron en todo el mundo como “The Pretender” o “Everlong” .
Si bien la carrera de Hawkins estaba en lo más alto, también estuvo marcada por varios conflictos personales. El baterista ya había hablado abiertamente sobre su lucha con la salud mental y el estrés que le generaba las consecuencias de la fama. Incluso, en varias entrevistas, llegó a hablar sobre su eterna búsqueda por lograr el equilibrio entre su pasión por la música y su vida personal.
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A pesar de ello, el artista ya tenía antecedentes con sus problemas de adicción. En el 2001, cuando tenía 29 años, sufrió una sobredosis de heroína que lo llevó a estar una semana en coma.
“Creí en el mito de mierda de vivir duro y rápido, morir joven. No estoy aquí para predicar sobre no consumir drogas, porque me encantaba hacerlo, pero me descontrolé por un tiempo y casi me atrapó. Me dirigía por un camino que iba a conducir a caminos aún peores”, contó en una entrevista en 2019.
El 25 de marzo de 2022, Hawkins fue encontrado muerto en una habitación del hotel Four Seasons en Bogotá, Colombia, donde estaba alojado para continuar una gira con Foo Fighters. Cinco días atrás, había dado un show junto a la banda en el Hipódromo de San Isidro, en Buenos Aires.
En su último día, el artista se quejó de un fuerte dolor en el pecho cuando estaba en el hospedaje, pero el servicio de emergencia sólo llegó a constatar su fallecimiento. Más tarde, la autopsia determinó que Hawkins tenía al menos 10 sustancias en su cuerpo al momento de su muerte, entre ellas antidepresivos y opioides, lo que derivó en una deficiencia cardíaca.