El Ejército israelí confirmó este martes que sus fuerzas aéreas mataron en Beirut a otro comandante de Hezbollah, Suhail Husein Huseini. Esta acción es la última de una serie de ataques mortales dirigidos contra líderes del movimiento chií libanés, incluyendo a su máximo dirigente, Hasán Nasrala.
El portavoz para medios árabes del Ejército israelí en X (antes Twitter), Avichay Adraee, declaró que “aviones cazas llevaron a cabo una incursión precisa en Beirut” y eliminaron al miliciano, aunque no se especificó el día exacto del ataque.
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Según un comunicado militar, Huseini era responsable del presupuesto y la gestión logística de los proyectos más sensibles de Hezbollah, incluyendo la planificación de ataques en Siria y Líbano, así como el traspaso de armas entre Irán y la milicia-partido libanesa.
Huseini “fue responsable de distribuir armamento avanzado entre las unidades de Hezbollah, supervisando tanto el transporte como la asignación de estas armas. Además, era miembro del Consejo de la Yihad, el consejo de liderazgo militar superior del grupo”, informó el Ejército.
Israel había afirmado el pasado 28 de septiembre haber “liquidado” la cúpula militar de Hezbollah, tras un bombardeo masivo en Beirut que resultó en la muerte de su líder Hasán Nasrala y otros altos mandos. Asimismo, Israel declaró estar preparado para una “escalada más amplia” si Irán lleva a cabo un ataque en represalia.
Días después, el 1 de octubre, Irán lanzó aproximadamente 180 misiles contra Israel en respuesta a los asesinatos de Ismail Haniyeh, líder de Hamás, y Nasrala. Este fue el segundo ataque de Teherán desde que, en abril pasado, atacara con misiles y drones dos bases aéreas israelíes, como respuesta a la muerte de siete miembros de la Guardia Revolucionaria en el consulado iraní de Damasco, en un ataque que no causó grandes daños.
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El Ejército israelí también realizó este lunes nuevos ataques en Beirut contra objetivos vinculados a la sede de inteligencia de Hezbollah, bombardeando el sur de Líbano y la zona del Valle de la Beqaa con el fin de destruir infraestructuras.
Hasta las 23:00, Israel había detectado alrededor de 190 proyectiles disparados desde Líbano. En el país vecino, más de 2.000 libaneses han muerto en estos ataques y 1,2 millones han sido desplazados forzosamente.
