Una familia fue a restaurante para disfrutar de una cena pero la noche terminó en la guardia del hospital, después de ingerir pesticida en lugar de jugo de arándanos.
El hecho ocurrió el pasado viernes en un local gastronómico ubicado en Perth, Australia, y si bien en la actualidad se encuentran fuera de peligro, en el momento tuvieron miedo de morir intoxicados. Las autoridades están investigando lo ocurrido.
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Marcus y Michele Lemin, junto a sus dos hijas, Hannah y Olivia, de 11 y 12 años, estaban comiendo en un restaurante italiano cuando a las niñas se les antojo un jugo de frutos rojos. “Lo tomaron de un trago y ambas lo escupieron y dijeron: ‘Está envenenado’”, contó Michele a ABC.
La mujer no se lo tomó en serio y pensó que se trataba de una travesura, entonces decidió probarlo ella misma, pero su reacción fue la misma: “Tomé el vaso, fui a beberlo de un trago y luego lo escupí”, reveló.
Descubrieron que el jugo no era de arándanos
Marcus decidió intervenir y en lugar de beberlo, lo olió. De inmediato se dio cuenta que algo no estaba bien en ese trago y le exigió a los empleados que le mostraran la botella de la que provenía el líquido que les habían servido. En un principio se negaban y afirmaban que simplemente era “jugo de arándanos en mal estado”.
El hombre insistió y al final consiguió revisar la botella. Según su relato, tenía una etiqueta que decía “bifentrina”. Se trata de un compuesto químico que es utilizado para combatir plagas en el hogar, principalmente de hormigas.
Se comunicaron inmediatamente con el centro de información sobre intoxicaciones y los especialistas le aconsejaron a la familia que vaya rápidamente a buscar ayuda médica, así que se dirigieron al Hospital Infantil de Perth, para que atiendan a las niñas y al Hospital Sir Charles Gairdner para que puedan revisar a Michele.
Los síntomas que padecieron y el miedo de morir
El matrimonio contó que las niñas fueron monitoreadas en el hospital durante seis horas y que fueron las que más sufrieron los síntomas: “Les ardía el estómago y les hormigueaban los dedos y las manos”, afirmó Michele y agregó “tenían dolor de cabeza… era horrible”.
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Olivia se animó a explicar ella misma lo que sintió a 9 News: “Tenía mucho miedo de lo que era y tenía miedo de morir. Sentía como si alguien hubiera vertido fuego en mi estómago y como si tuviera hormigueo en los brazos y las piernas”, fueron sus palabras.
Afortunadamente, la familia recibió el alta médica y se encuentran en su casa, descansando. Pero Marcus no se quedó de brazos cruzados y, lejos de recordarlo como un mal trago, quiso ir por más. Así que presentó una queja al Departamento de Salud y también se puso en contacto con el consejo local. El restaurante, por su parte, aseguró que estaba investigando cómo ocurrió el incidente.
