Miles de simpatizantes del líder opositor ruso, Alexei Navalny, se concentraron este viernes en las afueras de una iglesia de Marino, un distrito del sudeste de la capital rusa, para rendirle homenaje antes de su funeral. Lo mismo hicieron en otros puntos del país, siempre bajo un fuerte control policial.
Los restos del principal detractor de Vladimir Putin fueron velados en presencia de sus familiares y allegados. Cumpliendo con el rito ortodoxo, fue expuesto en un féretro abierto, cubierto con decenas de flores rojas y blancas.
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Finalmente, tras una breve ceremonia, el cuerpo del opositor fue trasladado al cementerio de Borisovo, cerca de la iglesia y a escasos pasos del río Moscova.
En este contexto, y mientras iba cayendo la noche sobre el frío invierno de las ciudades rusas, la ONG OVD-Info denunció que la policía detuvo a por lo menos 56 personas en 14 ciudades del país. Según los reportes, fueron detenidos por movilizarse o inclusive gritar: “¿Quién mató a Navalny?”.
Cabe señalar que el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, había advertido que cualquier manifestación “no autorizada” con motivo del funeral podía ser sancionada. Por este motivo, miembros de las fuerzas de seguridad fueron desplegados en la zona y las autoridades delimitaron con barreras metálicas en el camino entre la iglesia y el cementerio.
Las colas para despedirse de Navalni se extendían por varios kilómetros, escenas que no se veían en este país desde hacía muchos años.
La ceremonia se llevó a cabo dos semanas después de la muerte del opositor de 47 años, el 16 de febrero en una prisión en el Ártico en circunstancias que todavía no están del todo claras. Su familia y sus colaboradores acusan a Putin de ser el responsable de su muerte, aunque este argumento es negado desde el gobierno ruso.
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Su cuerpo estuvo retenido durante ocho días, un retraso que su equipo atribuye a un intento de encubrir la causa del deceso.
Con información de AFP.
