El gobierno peruano alcanzó este miércoles un acuerdo para que pobladores levanten las protestas que por seis días afectaron el turismo en Machu Picchu, en rechazo a la privatización de la venta de entradas a la emblemática ciudadela inca.
Las partes anunciaron la reanudación de la actividad comercial y el fin de los bloqueos en la vía férrea que conduce al complejo arqueológico, la joya de la industria turística del Perú y Patrimonio de la Humanidad desde 1983.
Leé también: Los agricultores europeos amplían los bloqueos de rutas y Francia busca congelar el acuerdo con el Mercosur
El servicio de trenes reactivó en la tarde de este miércoles sus operaciones después de cinco días de suspensión por los cierres. ”Tenemos la buena noticia que se levanta el paro”, dijo la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, a la radio RRP.
El turismo estaba bloqueado desde hace 6 días. Los pocos visitantes que aún llegaban a la ciudadela inca tenían que sortear un recorrido alternativo más largo y pesado. En lugar de tomar el tren, salían de la ciudad de Cusco en autos por 210 kilómetros, por casi cinco horas, hasta llegar a una hidroeléctrica. Desde allí caminaban dos horas al distrito de Machupicchu y luego continuaban su caminata otras dos horas y media más hasta la ciudadela de piedra.
Cuál fue el origen de la protesta que paralizó Machu Picchu
El gobierno finalmente cedió y aceptó anular anticipadamente el contrato con una empresa privada para que comercializara los ingresos en línea, pese a haber denunciado un esquema de corrupción en la venta directa a través de la plataforma pública.
Funcionarios y líderes de la protesta suscribieron el entendimiento tras una reunión en el distrito de Machu Picchu Pueblo, en el departamento de Cusco.
”Hemos tomado la decisión de que se levanta el paro indefinido. Estamos de acuerdo con el acta firmada por el gobierno. Ya se están normalizando las actividades turísticas”, dijo un vocero de los pobladores en huelga, el exalcalde de localidad, Darwin Baca.
El principal punto del documento prevé “la anulación adelantada” del contrato con la empresa peruana Joinnus para vender por internet las entradas a Machu Picchu y la red de caminos incas. Joinnus comenzó la comercialización el 20 de enero en una operación que, en principio, debía extenderse hasta agosto.
El 25 de enero, grupos de pobladores del distrito de Machu Picchu Pueblo paralizaron el comercio e interrumpieron mediante bloqueos la llegada de los visitantes por tren, principal medio de acceso a la ciudadela.
Leé también: El crimen que conmociona a China: un hombre empujó a sus hijos por la ventana porque su novia se lo pidió
Las organizaciones sostenían que el contrato con Joinnus suponía el comienzo de la “privatización” de Machu Picchu.
El turismo es la principal actividad económica en Cusco y más de 200.000 personas tienen empleos directos en el sector. En tiempos previos a las protestas, ingresaban hasta 4500 personas por día a Machu Picchu.
(Con AFP y AP)