Una mujer en Francia fue condenada esta semana por el Tribunal de Primera Instancia de Angulema a 18 meses de prisión -aunque solo cumplirá seis meses de condena- por dejar a su hijo de nueve años completamente solo en un departamento de Nersac, entre 2020 y 2022.
El nene permaneció solo durante dos años en una vivienda sin gas ni electricidad y se alimentaba de galletitas y enlatados, o incluso de tomates que alcanzaba a robar del balcón del departamento vecino.
Leé también: Horror: un papá abusó de su beba de 6 meses y difundió las imágenes en la deep web
Según la investigación de los gendarmes, el nene que en 2020 cursaba sexto grado fue abandonado a su suerte por su madre, una mujer de 36 años que tenía la custodia de él pero vivía junto a su pareja a unos 5 kilómetros de distancia.
Procesada por “negligencia hacia un menor” y por poner en compromiso su seguridad, la mujer fue condenada a 18 meses de prisión, de los cuales 12 quedaron en suspenso y sólo deberá cumplir seis con un régimen de tobillera electrónica.
Desprovisto de los servicios esenciales de luz y gas, sin plata ni comida, el nene pasó las terribles temporadas invernales que caracterizan a la pequeña localidad francesa en ese departamento, obligado a dormir con las mantas que encontrara y a bañarse con agua fría.
Medios locales que tuvieron acceso a los detalles de la investigación informaron que su mamá lo visitaba sin demasiada frecuencia y le dejaba algo para comer. Cuando los vecinos detectaron que el chico estaba solo comenzaron a suministrarle comida hasta que finalmente alguien hizo una denuncia anónima.
Leé también: Se quería escapar de su casa e ideó un plan macabro: mató a una chica parecida a ella para fingir su muerte
La madre negó los hechos durante la investigación, al igual que lo hizo en el juicio, pero los vecinos confirmaron que el chico vivía solo en el departamento, en el que los gendarmes encontraron una heladera vacía y ningún signo que probara que un adulto vivía allí.
El nene, de quien aún no se dio a conocer su identidad, siguió asistiendo a la escuela y nadie notó que estaba viviendo en una situación de riesgo. “Era sonriente, muy buen estudiante, siempre limpio, educado. Ninguna señal indicaba que hubiera sido abandonado”, expresó Barbara Couturier, alcaldesa de Nersac.
Finalmente, el nene fue entregado a una familia adoptiva y expresó que no quiere ver a su madre.
