La finalización de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) celebrada en Dubai se extendió más de un día producto de la falta de consensos para la declaración final de la cumbre. Al finalizar cada cumbre se hace un cierre, una declaración con los próximos pasos a seguir.
Si bien se logró un avance con respecto a un primer borrador débil, en donde no se mencionaba a los combustibles fósiles, la mención que se hizo es tímida en relación a las expectativas previas a la cumbre. Lo que se esperaba era que concretamente se diga que es necesaria y urgente la eliminación de las emisiones de gases efecto invernadero por combustibles fósiles, lo que se obtuvo es el compromiso de un camino progresivo hacia la eliminación de los mismos con más presencia de las energías renovables. El objetivo de acotar el calentamiento global a 1,5° parece alejado, pero no imposible.
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Antes de que comience la COP28, la incógnita era si el documento final iba a mencionar a los combustibles fósiles y la manera en la que, eventualmente, se reducirá o disminuirá su uso de aquí hacia el futuro. Lo cierto es que el acuerdo apenas habla de reducir el uso del carbón y no menciona ni el petróleo ni el gas.
Y si bien hace una mención especial a que la transición hacia nuevas energías es un caso particular para cada país, una de las partes del acuerdo exige que se pongan en marcha las acciones necesarias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de los transportes terrestres.
“El texto final del Balance Mundial resultante de la Cumbre del Clima en su edición 28 no logró consolidar una salida efectiva de la producción y el consumo de carbón, gas y petróleo, ni estableció quién debe ser la punta de lanza de ese proceso. Asimismo, las menciones sobre triplicar las energías renovables son válidas, pero quedan sin fuerza y contienen un peligro para Latinoamérica y el Caribe (LAC), si se entiende que sólo se deben reemplazar las fuentes energéticas y no considera el apoyo económico necesario, la transferencia de tecnología y la construcción y desarrollo de capacidades”, explicó la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) en un comunicado.
Objetivos de la cumbre
Uno de los puntos salientes del acuerdo es el pedido específico a los países para que tripliquen el uso de energías renovables y dupliquen la eficiencia energética hacia 2030, la meta más ambiciosa que se trazó en la COP28. Otros puntos mencionan como horizonte al 2050.
En cuanto a estos objetivos, el documento final plantea que para lograr la meta de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5° se deben reducir en un 43% las emisiones mundiales para 2030, en un 60% para el 2035 y llegar a cero emisiones netas de dióxido de carbono para 2050. Esto, aclara el texto, se debe dar de manera sostenida.
Lejano parece quedar el inicio del Fondo de Pérdidas y Daños, acordado a inicios de la cumbre. Es una herramienta significativa a futuro para paliar los efectos de eventuales catástrofes pero el punto en contra es que no quedó claro del todo cómo se implementará, ya que en el documento final de la COP28 no hay mayores especificaciones sobre cómo ni cuánto se financiará de aquí en adelante.
Repercusiones
La postura más determinante en los últimos días provino de la Alianza de los Pequeños Estados Insulares (Aosis, por sus siglas en inglés), una organización de naciones que se ubican en islas de baja altitud respecto de la altura del mar y que se conformó, justamente, para alertar sobre los efectos del calentamiento global.
“No firmaremos nuestro certificado de defunción. No podemos firmar un texto que no contenga compromisos firmes sobre la eliminación progresiva de los combustibles fósiles”, advirtió el presidente de Aosis, Cedric Schuster (Samoa), tras conocer uno de los últimos textos a principios de semana.
Sobre el documento final con las revisiones finales, desde la alianza no dudaron en manifestar: “Nos han fallado”.
De todos modos, quien se llevó la mayor atención tras la finalización de la COP28 fue Arabia Saudita. El ministro de Energía, Abdulaziz bin Salman, según mencionó la agencia Reuters, se mostró de acuerdo con el texto final de la cumbre y expresó que no afectará las exportaciones de hidrocarburos del país. “Ofrece alternativas, pero no va a afectar nuestra capacidad de vender (hidrocarburos)”, aseguró.
No alcanzó que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, insistiera en planificar un futuro sin combustibles fósiles para frenar el calentamiento global: “No podemos salvar un planeta en llamas con una manguera contra incendios de combustibles. El límite de 1,5º sólo es posible si dejamos de usarlos”.
Como cierre, se conoció que la próxima edición de la COP será en Bakú, Azerbaiyán, mientras que la edición 2025 de la cumbre se desarrollará en Belém, Brasil.