Este sábado un terremoto de magnitud azotó la zona este de Filipinas y provocó una alerta por tsunami para gran parte de la región del Pacífico y pidieron a la población de las zonas costeras que se resguarde en zonas más altas.
El sismo se produjo a una profundidad de 32 kilómetros al noreste del municipio de Hinatuan, en la isla de Mindanao, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos.
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“Se espera un tsunami devastador con olas cuya altura representa una amenaza para la vida”, declaró esta tarde el Instituto filipino de Vulcanología y Sismología en la red social X. Los propietarios de barcos también recibieron la orden de asegurar sus embarcaciones y alejarse de la costa.
Por el momento no hay víctimas fatales, pero el sargento de la policía de Hinatuan, Joseph Lambo, recalcó que el terremoto fue “muy fuerte”.
“En la comisaria cayeron aparatos de las estanterías y se rompieron dos televisores. Las motos aparcadas en el exterior también cayeron”, declaró Lambo a la AFP. Ahora mismo no tenemos noticia de daños o víctimas pero la gente está evacuando debido a la alerta de tsunami”, agregó.
En rigor, 45.000 residentes en el municipio recibieron la orden de abandonar sus casas. Muchos se dirigieron a pie o en vehículos hacia zonas más altas.
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Dyl Constantino, de 25 años, se encontraba en la isla de Siargao, en el noreste de Mindanao, cuando se produjo la sacudida sostuvo que “fue el terremoto más largo y fuerte que he vivido, probablemente duró unos cuatro minutos”.
“Aquí estamos acostumbrados a sismos pero este fue diferente porque las puertas realmente temblaron y todos entramos en pánico”, continuó.
Respecto de la alerta de tsunami, Anna Quinones, funcionaria de situaciones de emergencia en la ciudad de Davao, afirmó que están supervisando la costa. “La marea todavía está alta y no notamos nada inusual”, indicó.
Con todo, el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico pronosticó que las olas de tsunami -de hasta tres metros por encima del nivel de la marea- azotaran el sur de Filipinas y partes de Indonesia, Palaos y Malasia, además de Japón.
Los sismos son habituales en Filipinas, que se sitúa a lo largo del “Anillo de Fuego”, un arco de intensa actividad sísmica y volcánica que se extiende desde Japón hasta el Sudeste Asiático y la cuenca del Pacífico.
La mayoría son demasiado débiles y no se sienten, pero los terremotos fuertes y devastadores se producen al azar y no hay tecnología disponible para predecir cuándo y dónde ocurrirán.