Hace cinco años atrás, Brandon Baker, un joven estadounidense oriundo de Ohio, manejaba al trabajo como cualquier otro día. Se había levantado bien y sin ninguna complicación. Sin embargo, todo cambió cuando se dio cuenta de que se le había roto un diente y empezó a sentirse mal.
En un video que compartió en TikTok, contó cómo fue que, tras una consulta con el dentista, terminó siete meses internado con una extraña enfermedad que lo llevó a someterse a una cirugía a corazón abierto y que lo dejó en la ruina con una deuda millonaria.
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“Nunca me sentí tan enfermo en mi vida”, recordó el joven que, después de ir al hospital, lo mandaron a la casa porque se suponía que solo tenía una “gripe severa” y tenía que descansar.
A pesar de ello, Brandon no sintió que mejorara y aseguró que nunca había tenido un “resfriado tan intenso”. Durante las semanas siguientes, la preocupación aumentó cuando bajó casi 20 kilos por no poder retener ningún tipo de alimento.
Entre idas y venidas al médico, un día el joven se desmayó en la ducha y tuvo que ser internado de urgencia en la unidad de cuidados intensivos porque tenía líquido en los pulmones. Allí, le diagnosticaron bronquitis, neumonía y meningitis. “Finalmente fui admitido en el hospital durante los siguientes tres días, pero no pudieron hacer nada porque no tenían suficiente personal”, relató.
Baker fue trasladado a un centro de salud estatal en donde los expertos descubrieron que padecía una “infección sanguínea grave, en todo el cuerpo, casi séptica”. Pero ahí no se terminaron las malas noticias: tiempo después, desarrolló una endocarditis bacteriana que, según Daily Mail, es una “una infección del revestimiento interno del corazón o de las válvulas cardíacas”.
El diagnóstico de Brandon lo llevó a pasar 28 días internado: “Me sometieron a una cirugía a corazón abierto para reemplazar una de las valvas de mi microválvula que fue destruida por la infección”, contó.
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Si bien se recuperó y ahora vive una vida normal, aquellos siete meses le trajeron una nueva pesadilla, una deuda millonaria de 830.000 dólares.
“Viví un calvario que duró unos siete meses”, recordó. Hoy, atribuye aquel episodio a que no se trató el diente roto a tiempo por no tener un buen seguro dental y porque “solo se preocupaba por tener la boca limpia”.