Los armenios de la región de Nagorno Karabaj, el enclave separatista ocupado por fuerzas de Azerbaiyán tras una ofensiva militar relámpago, están huyendo de sus hogares en un éxodo que ya involucró a la mitad de su población.
Más de 50.000 personas procedentes del enclave se refugiaron en Armenia, según las últimas cifras brindadas este miércoles por las autoridades de Ereván. La operación militar azerí ya causó más de 400 muertos en ambos bandos.
En el enclave, reconocido por la comunidad internacional como parte integrante de Azerbaiyán, vivían hasta la semana pasada 120.000 armenios.
Crece el temor de los armenios de Nagorno Karabaj tras la ofensiva azerí
Se viven momentos de máxima tensión. Unas 100 personas fueron declaradas desaparecidas tras la explosión de un depósito de combustible ocurrido el lunes por la noche en esa región del Cáucaso. La tragedia causó 68 muertos y 290 heridos.
El domingo, Azerbaiyán abrió la única carretera que conecta Nagorno Karabaj con Armenia, cuatro días después de que los separatistas se rindieran y de que se firmara un acuerdo de alto el fuego que otorga a Bakú el control de la región.
Armenia, de mayoría cristiana, y Azerbaiyán, predominantemente musulmán, libraron dos guerras por la región de Nagorno Karabaj desde el derrumbe de la Unión Soviética, en 1991.
Las fuerzas azeríes detuvieron a exfuncionarios separatistas
En tanto, en medio del éxodo, los guardias fronterizos azerbaiyanos buscan a presuntos “criminales de guerra”.
Este miércoles, fue detenido un exlíder separatista armenio, Ruben Varadanyan, que dirigió el gobierno separatista de Nagorno Karabaj desde noviembre de 2022 a febrero de este año, mientras se dirigía a Armenia por carretera, anunciaron las autoridades locales.
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También fue arrestado el exjefe del Consejo de Seguridad del enclave, Vitali Balasanián, cuando intentaba ingresar en la vecina Armenia.
El caos reina en la ciudad fronteriza de Goris
Ante el paso de miles de refugiados, la ciudad fronteriza de Goris, donde la mayoría de los armenios que huyen de Nagorno Karabaj efectúa su primera parada, está casi irreconocible.
Cientos de autos invadieron sus calles, donde reina el caos, ante la mirada impotente de los policías, incapaces de dirigir el tráfico con sus megáfonos.
Muchos refugiados, hambrientos, pasaron la noche en sus vehículos. La mayoría explicó que no tenía ningún lugar donde dormir ni adonde ir en Armenia.
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El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, se declaró dispuesto a acoger a 40.000 refugiados en su país, de 2,9 millones de habitantes. Pero, hasta ahora, el gobierno solo pudo alojar a 2850 personas, lo que hace temer una crisis humanitaria.
A su vez, el presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, prometió que los derechos de los armenios que decidan permanecer en el enclave, anexionado en 1921 a Azerbaiyán por la Unión Soviética, serán “garantizados”.
