El queso es uno de los alimentos favoritos de muchas personas ya que se puede comer de diversas maneras y agregado a otras comidas. Existe uno en especial que se destaca por tener menos grasa que el fresco y más proteína que la leche.
Se trata del queso mató, tradicional de Cataluña, España, el cual puede estar elaborado con leche de vaca, cabra u oveja. Es de textura suave y húmeda.
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¿Cuáles son las características del queso mató?
Una de las principales características de este tipo de queso son las proteínas que posee, ya que tiene 4 veces más que la leche. Es ideal para aquellas personas que buscan llevar adelante una dieta sana y equilibrada.
Además, su contenido graso es bajo, ya que tiene una cuarta parte en comparación con el queso fresco. Es decir que una porción de 100 gramos contiene 150 miligramos de calcio, que representa el 15% de lo que necesita a diario un adulto.
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El ingrediente de un sandwich podría reducir el riesgo de demencia, según un estudio
Un estudio realizado por investigadores japoneses reveló que consumir queso con frecuencia podría reducir el riesgo a tener demencia, ya que notaron que hay un buen funcionamiento cognitivo en aquellas personas que lo incorporaron en su dieta diaria.
Para llegar a dichas conclusiones, siguieron de cerca los hábitos alimentarios de más de 1.500 personas mayores de 65 años. Los resultados sugieren que el consumo de productos lácteos como el queso podría impedir el deterioro cognitivo.
Los científicos encontraron que aquellos que consumen este alimento tenían resultados superiores en pruebas cognitivas. Además, tenían un índice de masa corporal (IMC), una presión arterial ligeramente más baja, caminaban más rápido y tenían más variedad en su dieta.
Sin embargo, también tenían niveles más altos de colesterol y azúcar en la sangre, según muestran los resultados. Aunque se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos, los investigadores sugieren que especialmente el queso podría contener nutrientes esenciales para la salud cerebral.
Por su parte, el grupo de persona que no consume el alimento tenía una velocidad de marcha habitual más lenta, menos dientes, pantorrillas más pequeñas y una mayor prevalencia de incontinencia urinaria y anemia.
