Un padre y su hija podrían enfrentarse a cadena perpetua después de que los cuerpos de tres bebés recién nacidos fueran encontrados en descomposición en el sótano de su casa.
Piotr Gierasik, de 54 años, y su hija Paulina Gierasik, de 20, fueron detenidos y acusados de asesinato e incesto tras el macabro hallazgo en el pueblo de Czerniki, en el norte de Polonia.
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El cadáver de un recién nacido, identificado como el hijo de la joven de 20 años, fue encontrado el viernes en el pueblo de Czerniki, al sur de Gdansk. Horas después encontraban otro cuerpo en el mismo lugar y al seguir con la investigación apareció un tercero en avanzado estado de descomposición el sábado.
El fiscal Mariusz Duszynski de la fiscalía del distrito de Gdansk dijo al canal de noticias TVN24 que la mujer fue acusada de “dos cargos de asesinato”. La hipótesis es que tenía una relación incestuosa con su padre.
El hombre, de 54 años, también fue llevado a la fiscalía. Por la tarde, Duszynski anunció que el hombre había sido acusado de tres cargos de asesinato en el caso de los recién nacidos y dos de incesto, ya que el tercer bebé habría sido producto de la violación de otra de sus hijas.
Las inquietantes revelaciones salieron a la luz después de que compañeros de la mujer avisaran a los servicios sociales.
Las sospechas de los compañeros de trabajo de la hija
Los compañeros de la pastelería donde trabajaba Paulina en el pueblo vecino de Stara Kiševa sospecharon que estaba embarazada después de que empezó a usar ropa holgada. Luego, la joven se tomó tres semanas de descanso, pero regresó después de solo una semana y mucho más delgada, indicaron medios locales.
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Pero la clave que confirmaría sus sospechas fue cuando descubrieron que Paulina se cubría con toallitas sus pechos para que la leche materna no manchara su ropa. “Nos quedamos en shock”, declaró uno de los compañeros al diario polaco Fakt.
Pjotr se mudó al pueblo hace unos 15 años y, tras la muerte de su esposa, se quedó solo con sus 12 hijos. Ahora en la casa solo vivía con Paula y su hermano mayor, un joven discapacitado de 24 años.
Los vecinosde Czerniki, en el norte de Polonia, dijeron que “siempre sospecharon que algo andaba mal” con la familia. Un vecino agregó: “A menudo lo oímos gritar a los niños. Su abuso verbal era impactante. A veces oíamos gritar a una de las chicas”, indicó el diario The Sun.
Otro local dijo que Pjotr y Paulina vivían como pareja: “Caminaban de la mano, ella lo llamaba por su nombre. Hace unos meses le afeitó la cabeza para que otros hombres no la miraran. Ella lo miraba como a Dios”.
Otro vecino aseguró que el hombre “parecía tranquilo, pero tenía al diablo bajo la piel”. “Todo el pueblo sabía que algo así estaba pasando. Es un pueblo pequeño, por lo que todo el mundo sabía de esas cosas”, aseguró otro habitante a Fakt.
Aún están pendientes las autopsias para determinar cómo murieron los bebés. La policía sigue investigando la propiedad en busca de pruebas y para determinar si hay más cadáveres escondidos en la casa.
