A las 20.52 del 11 de julio de 2015, el Chapo Guzmán desapareció de su celda en una cárcel de máxima seguridad. El capo narco se escapó por un túnel que costó medio millón de dólares. Esa noche se concretó una de las fugas más espectaculares de la historia.
Guzmán huyó a través de un túnel que contaba con un complejo sistema de iluminación y ventilación, de casi 1,5 kilómetro de largo. El conducto conectaba una de las duchas del penal con una casa en construcción en las afueras de la cárcel de máxima seguridad de Altiplano. El pasadizo tenía 50 centímetros de ancho y 1,70 metro de alto.
Tras su fuga, el Chapo Guzmán pasó a ser no solo la persona más buscada en México, sino que además se convirtió en el criminal con la más alta recompensa en la historia de ese país. Tras haber permanecido prófugo durante varios meses, finalmente fue recapturado el 8 de enero de 2016.
El Chapo Guzmán y los detalles de una fuga espectacular
El jefe del Cartel de Sinaloa amasó una fortuna estimada en 14.000 millones de dólares que forjó por el tráfico de unas 155 toneladas de cocaína a Estados Unidos desde la década del 80. También se le adjudican entre 2000 y 3000 asesinatos. El Chapo logró notoriedad por sus negocios ilegales, pero irrumpió en la agenda mediática con fuerza después de su primer escape, en 2001. Sin embargo, el escape más espectacular ocurriría muchos años después.
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En 2015 Guzmán estaba recluido en la cárcel El Altiplano, una prisión federal ubicada en Almoloya de Juárez, en el Estado de México, a 25 kilómetros de Toluca, la capital estatal, y a unos 90 kilómetros de Ciudad de México. Estaba recluido en el área de tratamientos especiales, pasillo número 2, estancia número 20. Y 17 meses después de su captura recuperó la libertad.
Fue Emma Coronel, la esposa de El Chapo, el cerebro detrás de la fuga. Coronel habría sido quien llevaba las instrucciones de su esposo a los miembros del cartel para coordinar el escape. El plan: cavar un túnel.
Emma, junto a tres de los hijos de su marido, Iván, Alfredo y Ovidio, habrían comprado una casa en construcción ubicada al suroeste del penal, en la colonia Santa Juanita, que está rodeada por sembradíos de maíz. Allí se iniciaría la obra y el operativo de “rescate”. El primer paso fue llevarle a Guzmán un reloj con GPS para detectar el lugar exacto en el que se encontraba su celda.
Pasadas las 20.45 de aquel sábado, Guzmán recibió sus medicamentos, caminó por la celda, se cambió el calzado y se puso de cuclillas en el lugar donde se bañaba. Y desapareció por un boquete de 50 centímetros.
En el túnel había un sistema de ventilación y alumbrado. Y una moto montada en unos rieles para que el escape fuera veloz. A medida que atravesó el kilómetro y medio del túnel, El Chapo fue rompiendo las luces para evitar que lo atraparan cuando lo persiguieran, pero recién tres horas después las autoridades del penal desandarían la ruta de escape del capo narco.
Guzmán llegó a la salida donde lo esperaba su cuñado en una camioneta cuatro por cuatro y de allí lo trasladó a una pista clandestina donde aguardaba una avioneta que lo llevó a Sinaloa. Hasta que el 8 de enero de 2016 lo recapturaron y después lo extraditaron a Estados Unidos.
En la actualidad, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera tiene 66 años. El Chapo está preso en la Penitenciaría Administrativa de Máxima Seguridad en Florence, Colorado, mejor conocida por sus siglas en inglés de ADX o como el “Alcatraz de las Rocosas”.
