Una mujer de 32 años murió el jueves, luego de intentar practicarse una cirugía estética en un instituto de Cuernavaca, capital de Morelos, en México. La joven era enfermera de la Clínica Samper y aprovechó la ausencia del propietario para llevar a cabo una “autoliposucción”, pero la anestesia le provocó una reacción y murió.
Una compañera de trabajo escuchó los gritos de la joven y cuando fue a auxiliarla, la encontró agonizando. Según informaron los medios, logró comenzar la intervención, porque tenía varios instrumentos incrustados en el abdomen.
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Luego de que se difundiera la noticia, el propietario del instituto, Rolando Samper Mendoza, publicó un video para desvincularse del acontecimiento. Él estaba en un congreso internacional de cirujanos plásticos en Guadalajara, Jalisco, cuando se enteró.
“Me acaban de comunicar que en mi clínica y sin mi autorización, una enfermera de nombre Carina se hizo una autoliposucción, con total abuso de confianza, decidió por su cuenta propia realizarse una ‘auto Liposucción abdominal’ con anestesia local y peor aún, ni siquiera en quirófano sino en un consultorio”, detalló el cirujano. También explicó que los medicamentos que la mujer se inyectó le “ocasionaron un paro cardiorrespiratorio y falleció”.
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El cirujano reiteró que, pese a lamentar lo sucedido, no había autorizado la intervención y aseguró que iba a recurrir a vías legales para evitar que la imagen de su clínica se viera afectada.
Los médicos forenses llegaron a la Clínica Samper poco después de la muerte de la enfermera y la fiscalía comenzó la investigación para aclarar el caso. Según declaró el fiscal de Morelos, Uriel Carmona, tampoco se descarta una posible participación de terceros debido a la complejidad de la intervención.
