Al menos 59 migrantes, entre ellos un bebé, que buscaban llegar a Europa murieron en la madrugada de este domingo después que una embarcación repleta de personas chocara contra arrecifes rocosos frente a las costas del sur de Italia.
El hecho ocurrió en la región de Calabria, cerca de la ciudad de Crotone. Desde la Guardia Costera italiana afirmaron que 80 personas fueron rescatadas con vida, de las cuales algunas lograron alcanzar la orilla.
“El número de víctimas confirmadas es de 59″, dijo el Vincenzo Voce, el alcalde de la localidad, a la cadena de noticias Sky TG-24. Según los rescatistas, la embarcación transportaba unas 120 personas y chocó contra unas rocas a algunos metros de la orilla. Los bomberos señalaron que había “más de 200 personas” a bordo.
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En este sentido, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, expresó a través de un comunicado su “profundo dolor” y reclamó que era “criminal mandar al mar una embarcación de apenas 20 metros con 200 personas a bordo y con un mal pronóstico del tiempo”.
”El Gobierno está comprometido a impedir las salidas y este tipo de tragedias y seguirá haciéndolo al exigir antes de todo la mayor colaboración de los Estados de salida y de origen”, aseguró.
Según las imágenes publicadas en Twitter por la cuenta @RescueMed, se puede ver un trozo de bote junto a montones de madera astillada esparcidas por la playa de Steccato di Cutro, parte de la costa de Calabria a los largo del mar Jónico.
Además, entre las escalofriantes imágenes difundidas por medios de televisión italianos, se podía ver cómo algunos de los sobrevivientes trataban de mantenerse calientes envueltos en sábanas.
Si bien no se conoció aún la procedencia del barco ni la nacionalidad de sus ocupantes, la mayoría de los transportistas atravesaban el mar Mediterráneo desde Egipto, Libia o Turquía.
Por su parte, el papa Francisco expresó su pesar por la tragedia: “Esta mañana he sabido, con dolor, del naufragio en la costa calabresa, en Crotone. Han sido recuperados 40 muertos, entre ellos algunos niños. Rezo por cada uno de ellos y por todos los migrantes desaparecidos”. Además, agregó que rezaba por los rescatistas y por lo que le “dan la bienvenida” a los migrantes.
A su vez, el presidente de Calabria, Roberto Occhiuto, lamentó: “Decenas y decenas de muertos ahogados, incluidos niños, muchos desaparecidos. Calabria está en duelo por esta terrible tragedia”.
En declaraciones a la televisión estatal RAI, el alcalde de Crotone, Vincenzo Voce sostuvo que “es una tragedia enorme” y aseguró que “en solidaridad, la ciudad buscará lugares en el cementerio” para los muertos.
Días antes, el Parlamento italiano había adoptado una nueva ley sobre el rescate de migrantes impulsada por el Gobierno de Meloni, conformado por partidos de derecha y extrema derecha.
En este sentido, la ley obliga a los barcos humanitarios a efectuar solo un rescate por salida al mar. Es así como algunas personas criticaron la norma ya que sostienen que “aumenta el riesgo de muertes”en el Mediterráneo por considerarse como una travesía peligrosa para los migrantes.
Además, la ley contempla multas de hasta 50.000 euros para quienes brinden asistencia humanitaria, a lo que desde las Naciones Unidas calificaron como “preocupante”.
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Meloni llegó al poder en octubre con la idea de reducir la inmigración llegada a Italia ya que se convirtió en un destino de elección para quienes pasan del norte de África a Europa y buscan asilo.
Según el ministro italiano de Interior, Matteo Piantedosi, esta “tragedia (...) demuestra cómo es absolutamente necesario luchar firmemente contra las redes de inmigración clandestina”. Y, según él, cerca de 14.000 migrantes llegaron a Italia desde principios de año, frente a los 5.200 del mismo periodo el año pasado y 4.200 de 2021.
La mayoría de los migrantes son interceptados por la guardia costera o por embarcaciones de la armada, ya que el Gobierno los acusa de estimular a los traficantes en su labor. A pesar de ello, las ONGs rescatan a un pequeño porcentaje.