Ucrania pasará una Nochebuena y Navidad inusual. No sólo será por la guerra, sino porque gran parte de la población decidió separarse de la celebración de la Iglesia ortodoxa rusa, Vladímir Mijáilovich Gundiáyev, que es el 7 de enero. Lo hicieron en símbolo de reclamo y repudio al respaldo que el patriarca ortodoxo ruso le dio a Vladimir Putin en el conflicto.
Es la primera vez en la historia que sucede esta separación. Eso da cuenta de lo histórico de este evento. Ningún ucraniano imaginó jamás pasar una Navidad así, pero la decisión fue celebrarla de la mejor forma posible, con la esperanza de un futuro mejor.
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Miles de familias se reunirán esta noche en sus casas entre penumbras por los cortes de luz producto de los ataques rusos contra el sistema eléctrico y el temor a nuevos bombardeos. “Es algo que no imaginamos ni esperamos, pero nos llena de ilusión”, le dice Kristina a TN durante un recorrido en la región del Donetsk, una de las más afectadas por los combates.
Color en medio de la oscuridad
Al transitar por las calles de Kiev, Jarkiv, Irpin y otras ciudades afectadas por los ataques desde el inicio de la guerra es posible encontrarse con árboles de navidad y adornos en las calles. Muchos tienen luces, pero muchos otros las tienen apagadas porque, simplemente, no hay energía en el lugar.
Las autoridades ucranianas decidieron darle el mayor contexto de Navidad posible a las ciudades para animar a la población. La guerra larga y los incesantes ataques rusos generan cansancio entre los habitantes de toda Ucrania. Pero de todas formas siguen adelante. Una resistencia que no se ha alterado desde el 24 de febrero cuando Vladimir Putin lanzó la invasión.
“Las iglesias abrirán por la noche y tendrán un servicio especial para esperar la Navidad, es algo que sucede todos los años”, explicó para este artículo Oleksandr Slyvchuk. Como gran parte de la población está acostumbrada a celebrarla en la fecha ortodoxa, no es claro cómo procederá todo. Lo que si no hay duda es que los ucranianos se mostrarán unidos.
Una oportunidad de reunificación
Kristina se fue de su casa en los primeros días de marzo. Vivía en la región de Járkiv junto a su marido y su hijo. Cuando las tropas del Kremlin empezaron a avanzar contra la ciudad ella decidió escapar en medio de bombardeos y disparos. No hizo tiempo de llevarse a su madre, quien tuvo que refugiarse con vecinos y vecinas durante casi 5 meses.
Su marido tampoco pudo irse por la ley marcial que rige en toda Ucrania desde el inicio de la guerra, donde obliga a todos los hombres a quedarse dentro del territorio para luchar. De todas formas, él tampoco se hubiese querido ir: “Quiero defender a mi país, me quedé acá para defender a Ucrania”, le dijo a TN al tiempo que pidió no rebelar su identidad.
Kristina volvió al país por primera vez desde su huida. “No fue una decisión fácil, pero siento que es el momento”, explicó durante el viaje en tren desde la ciudad polaca fronteriza de Przemysl hasta Kiev, desde donde siguió camino por tierra hasta su Járkiv natal.
Su historia representa la de tantas otras familias que, con la esperanza de un futuro mejor y un 2023 diferente, decidieron regresar a sus hogares. No saben si será definitivo o temporal. Los ataques siguen y aunque las tropas ucranianas avancen, la amenaza rusa se mantiene latente.