David Fuller fue condenado a cuatro años más de prisión luego de que se comprobara que abusó sexualmente de otros 23 cadáveres de mujeres.
El hombre, de 68 años, ya cumple cadena perpetua por asesinar a Wendy Knell, de 25, y a Caroline Pierce, de 20, y luego agredirlas sexualmente post-mortem, en Tubbirdge Waes, Keny, Inglaterra, en 1987. También fue condenado por delitos sexuales contra los cuerpos de 78 mujeres y niñas fallecidas entre 2008 y 2020.
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Fuller era electricista y trabajó en los hospitales de Kent y Sussex durante 13 años, por lo que tuvo acceso a las morgues de los centros médicos. El hombre, durante las noches, se filmaba y se fotografiaba profanando los cuerpos de mujeres. Hasta el momento, se estima que el necrófilo se serie violó a 101 cadáveres, entre ellos, cuerpos de niñas.
Este miércoles, el pervertido fue sentenciado a cuatro años más de prisión por abusar de otros 23 cuerpos de mujeres fallecidas. El mes pasado, el hombre había admitido doce cargos de agresión sexual y cuatro acusaciones por posesión de pornografía infantil.
La Policía de Kent logró identificar a 13 de las 23 nuevas víctimas. Algunos de los nombres de las fallecidas agredidas, al igual que sus edades, estaban anotados en un cuaderno que tenía Fuller. Entre las víctimas se encuentran una niña que al momento de morir tenía nueve años, dos jóvenes que tenían 16 años y una mujer que había fallecido a la avanzada edad de 100 años.
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En la audiencia de sentencia, la hija de una de las víctimas de Fuller le dijo a la corte que “el dolor y el malestar emocional invadieron mi cuerpo” al enterarse de lo que el perverso había hecho con los restos de su madre.
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“David, quiero que sepas cuánto daño has causado, cómo tu comportamiento enfermizo y retorcido ha dañado a familias como la mía”, le recriminó la mujer a Fuller. Y concluyó: “Me complace que ahora rinda cuentas por lo que hizo solo siete horas después de que ella muriera”.
