Miles de bolsonaristas se congregaron este miércoles frente a cuarteles de las principales ciudades de Brasil para pedir una intervención militar tras el triunfo en el balotaje del domingo del presidente electo, Luiz Lula da Silva. En tanto, recrudecieron los enfrentamientos entre manifestantes y la Policía Militar en algunos puntos del país en el marco del bloqueo de camiones que llevan adelante seguidores de Jair Bolsonaro.
Varios miles de simpatizantes del presidente saliente se concentraron en sedes militares de Río de Janeiro, San Pablo y Brasilia, entre otras ciudades. Al grito de “Yo autorizo” e “¡intervención federal ya!” pidieron la actuación de las fuerzas armadas contra la derrota de Bolsonaro.
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Este miércoles por la mañana en uno de los accesos a la estratégica ciudad de San Pablo, efectivos policiales avanzaron con gases lacrimógenos y disparos de balas de goma para evitar un nuevo bloqueo de rutas. Esta situación se repitió en otros accesos a las ciudades brasileñas, donde distintos grupos de manifestantes y camioneros cortan rutas desde el lunes a la madrugada para reclamar por el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva en las elecciones presidenciales.
Según la última información publicada por la Policía Federal de Carreteras, los bloqueos siguen afectando a 15 estados- hay 27 en todo el país- con unos 150 puntos de obstrucción.
Cómo fueron las movilizaciones de seguidores de Jair Bolsonaro frente a distintos cuarteles
A pesar del triunfo de Lula, miles de seguidores de Bolsonaro salieron a las calles y se concentraron frente a sedes militares para pedir una intervención militar.
Varios miles de personas se concentraron ante el comando militar del sudeste, en la ciudad de San Pablo, reportó AFP. Según AP, una movilizaron similar se realizó bajo la lluvia frente al Comando Militar del Este en Río de Janeiro, uno de los ocho cuarteles generales regionales del ejército. Allí alzaron los puños, ondearon banderas y corearon lemas como “Fuerzas armadas salven a Brasil’' y " El pueblo, unido, jamás será vencido’'.
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En Brasilia, manifestantes se reunieron frente al cuartel general del Ejército, informó el Correio Brasiliense.
Las fuerzas armadas, que tuvieron un amplio papel bajo el gobierno de Bolsonaro, permanecen en silencio desde la primera vuelta electoral del 2 de octubre.
Bolsonaro perdió en una contienda estrechísima en la que obtuvo el 49,1% de los votos contra el 50,9% de da Silva. Fue el resultado más ajustado desde el regreso de Brasil a la democracia en 1985 y la primera derrota electoral que sufrió Bolsonaro en 34 años de carrera.
Sigue el corte de rutas: hay enfrentamientos entre manifestantes y la policía
En tanto, decenas de cortes de rutas se mantenían este miércoles en distintos puntos del país en protesta por el triunfo de Lula. Sin embargo, el número de piquetes cayó después de que Bolsonaro prometiera el martes “cumplir la Constitución”, en su primer pronunciamiento desde la derrota.
En ese marco, la policía brasileña recurrió a la fuerza este miércoles, con el aval de una decisión del Supremo Tribunal Federal que autorizó el uso de “todas las medidas necesarias” para el desbloqueo de rutas.
En San Pablo, la tropa de choque de la policía militar dispersó con bombas de gases lacrimógenos a decenas de manifestantes y camiones que dificultaron la circulación en la carretera principal que conecta ese estado con la región centro-oeste del país.
Los camiones hacían sonar sus bocinas mientras sobre el asfalto los manifestantes, que vestían camisetas amarillas de la selección de fútbol, agitaban banderas frente a los vehículos que pasaban, según imágenes de la televisión local. Las autoridades informaron además que dispersaron hasta el miércoles 563 manifestaciones.
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Los bloqueos han provocado trastornos, inclusive en el acceso al principal aeropuerto del país en Sano Pablo, Guarulhos, que hasta este miércoles deberá cancelar 48 vuelos debido a las manifestaciones, confirmación la asesoría de prensa de la concesionaria.
La Confederación Nacional de la Industria detectó el martes de un “riesgo inminente de desabastecimiento y falta de combustibles”, en caso de que las carreteras no se desbloquearan rápidamente.
