Dentro de poco se cumplirán 25 años de la trágica y misteriosa muerte de la Princesa Diana. Lady Di murió en 1997 en un túnel de París, mientras viajaba en una limusina. Casi un cuarto de siglo más tarde, el dueño legal de la limusina pidió a las autoridades que se lo devuelvan.
Los restos del auto fueron valuados por expertos en más de 10 millones de libras esterlinas. Por su parte, Musa, quien dirigía la compañía dueña de la limusina en la que murió Diana, declaró: “No tengo ni idea de donde está el auto. Yo solo sé que legalmente me pertenece y obviamente lo quiero recuperar. Me lo deberían haber devuelto hace mucho tiempo pero no fue posible. El auto es totalmente mío, nunca fue financiado ni nada por el estilo”.
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La idea del dueño de la limusina es exhibirla en un museo para honrar a la Princesa Diana. Pero aparentemente la familia real tiene otras intenciones, y quiere que los restos del vehículo sean destruidos totalmente de manera discreta.
En 2017 el auto estaba guardado en un depósito de autos de policía cerca de Creteil, en las afueras de París. Luego de eso fue trasladado a otro lugar que no trascendió. Musa agregó: “No sé donde está el auto. Van a tener que preguntarle a la alcaldesa de París.”
El medio británico The Mirror contactó a la alcaldía de la capital francesa que no brindó información sobre el paradero del auto que conducía Henri Paul. El chofer estaba borracho y tomando antidepresivos en el momento en el que chocó por exceder la velocidad permitida. El resultadol a muerte de Diana y de su pareja Dodi Fayed.
En 2008, una investigación en Londres declaró que Diana y Dodi fueron víctimas de un “asesinato ilegal” causado por el comportamiento “gravemente negligente” de Paul. La investigación puso fin a las afirmaciones del multimillonario padre de Dodi, Mohamed Al-Fayed, de que el accidente fue un complot orquestado por el MI6 por orden de la familia real.
Limusinas Etoile tenía un contrato con el París Ritz, el hotel cuyo dueño es el señor Fayed. En ese hotel se hospedaron Diana y Dodi antes de subirse a la limusina en la cual murieron. Por su parte, Musa agregó: “No hubo ningún complot. Fue un accidente de tránsito común y corriente. Todo fue muy triste”.
Para agregar a la controversia, algunas partes del auto fueron quemadas en un misterioso incendio. Esto impidió que se pueda peritar correctamente el vehículo para ver si había sido manipulado para que falle y choque.