Decenas de miles de migrantes arriesgan sus vidas cada año para cruzar a pie el peligroso Tapón del Darién desde Colombia hacia Panamá. Su objetivo es tratar de llegar a los Estados Unidos y por eso se exponen a los peligros de una de las rutas migratorias más terribles del mundo, entre el acecho de animales salvajes y bandas delictivas.
El equipo de TN encabezado por Carolina Amoroso junto a los camarógrafos David Santistebe y Juan Pablo Chávez estuvo en la ciudad panameña de Metetí, al encuentro de las personas que consiguieron cruzar la densa selva fronteriza.
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El testimonio de tres migrantes que cruzaron la selva de Darién
Jesús Cruz, un joven venezolano de Maracaibo, contó a TN que emprendió la travesía “por la situación política actual, que no brinda las oportunidades de un futuro” para su familia. El hombre, que tiene una hija de seis años, viajó solo.
“La migración por la selva es increíble, hay cosas que no se pueden describir con palabras, como ver el cadáver de un ser humano sin que ningún gobierno se haga cargo. Un ser humano perdió la vida y nadie se hace responsable. Como un animal, se pudre en la selva sin que a nadie le importe. Un ser humano que su familia tal vez no sepan de él, porque nadie lo puede reconocer”, dijo el hombre.
Cruz dejó una advertencia a quienes se arriesgan a viajar en familia: “a cualquiera le diría que es una decisión demasiado ambiciosa, no vale la pena arriesgar la vida de un familiar por un sueño”.
En el colectivo que trasladaba a los migrantes, Carolina Amoroso habló con una mujer que viajó con toda su familia, unas 13 personas. “Estuvimos tres días en el Darién y vimos caídas, golpes, vimos personas fallecidas”. “Venezuela ahorita no cuenta con muchos recursos, queremos salir adelante y llegar a Estados unidos”, contó sobre los motivos que los llevaron a intentar la odisea.
Otro migrante también relató como tuvo que lidiar con “mucho fango, mucha lluvia”. Aunque los robos y las violaciones son monedas corrientes en la selva, el hombre destacó que “no lo asaltaron”. Pero si vio escenas impactantes como a “una mujer muerta que se partió la cadera y a la que dejaron allí”. Otra mujer que tenía cáncer también falleció. Y otra escena, aún más perturbadora: vio como a un hombre se le cayó su hijito y el nene fue arrastrado por la corriente. “Falleció, se fue por el río”, dijo con emoción.
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Más de 130.000 personas cruzaron el Tapón de Darién en 2021
El año pasado “marcó un récord”, ya que “unas 134.000 personas hicieron el viaje por la selva de Darién. La gran mayoría haitianos (62%), seguidos de cubanos (14%), venezolanos y personas de lugares tan lejanos como Angola, Bangladés, Ghana, Uzbekistán y Senegal”, en su tentativa de llegar a Estados Unidos, indicó la ONU en un informe de marzo.
En el primer bimestre de 2022 el número de migrantes se triplicó respecto de igual período de 2021, con un número creciente de venezolanos que intentan el periplo desde Colombia hacia Panamá.
Según estimaciones del gobierno panameño, unas 19.000 personas cruzaron entre enero y abril, de las cuales 6.951 provenían de Venezuela, seguido de Haití, con 2.195, en tercer lugar, Cuba, con 1.579, y 1.355 provenientes de Senegal.
Para llegar a Panamá desde Colombia, los migrantes tienen dos opciones: pagar 400 USD para tomar un bote desde Capurganá (Colombia), hasta Carreto (Panamá) y luego cruzar la selva caminando durante dos o tres días hasta llegar a Canáan Membrillo (Panamá).
La otra ruta es menos costosa -cuesta entre 100 y 150 dólares- pero es más peligrosa. Consiste en caminar desde Capurganá hasta la comunidad indígena panameña de Canáan Membrillo, trayecto que puede tardar entre siete y 10 días y en el que se denuncian constantemente robos, agresiones y casos de violencia sexual, indicó un informe de Médicos Sin Fronteras.