Hay lugares en el sur de Chile donde la influencia de Carabineros y el Ejército es casi nula y los territorios son prácticamente controlados por grupos violentos o comunidades mapuches más radicales. Este es el caso de Ercilla, una ciudad ubicada en la provincia de Malleco y señalada por ser una de las más violentas y peligrosas.
Quienes conocen la zona recomiendan no transitar caminando de noche ni tampoco quedarse parado -o expuesto, según cómo se lo vea- en un mismo lugar por tiempo prolongado. Es posible ser víctima de ataques desde autos o motos que circulan constantemente por esta ciudad que está sobre un costado de la ruta 5, la principal del país.
Leé también: Guerra de inteligencia y militares en las rutas: así se vive el conflicto mapuche en el sur de Chile
Alcanza con observar la única comisaría de Carabineros que hay en Ercilla para entender el riesgo y la violencia que existe en el lugar. Doble muralla -una de concreto y otra de hierro-, retenes de cemento para evitar el paso de los autos, blindados en la puerta y marcas de balas en todas las paredes exteriores. Ese es el escenario del búnker policial de la ciudad.
Balazos de calibre grueso contra la comisaría
“Vengan, dejen el auto en esta calle lateral porque en la avenida están muy expuestos”, recomienda de forma gentil un carabinero que se percató de la presencia de TN en el mismo lugar por más de 5 minutos. Luego, como si tuviera que validar su relato, agregó: “Por si no se dieron cuenta, ya pasaron por lo menos dos autos que se frenaron a estudiarlos”.
El efectivo no puede ser identificado por razones de seguridad y autorización de sus superiores. Tiene un trato cálido y tranquilo. Por su apariencia y normalidad con la que relata lo que allí sucede pareciera que no tiene que trabajar en un lugar que se asemeja más a una cárcel que a una comisaría.
Carabineros tuvo que colocar una doble contención exterior hace pocos meses para estar más a resguardo de los habituales ataques que sufren, sobre todo durante la noche. El muro de concreto ya no era suficiente y no resistía los disparos con armas de grueso calibre que dejaron orificios de por lo menos 5 centímetros de diámetro. Hay decenas de estas marcas.
Hasta hace poco tiempo esas balas atravesaban la pared e impactaban de lleno en el edificio de la comisaría. Ahora, si el proyectil supera el primero muro, se encuentra con otro de acero blindado detrás que lo detiene. En la parte superior hay pequeñas hendijas de visualización como si estuviesen listas para un conflicto militar armado.
Leé también: La masacre en la escuela primaria de Texas, el último de los tiroteos más sangrientos en EEUU
No es la única medida de emergencia que tomaron. Sobre un costado de la comisaría colocaron 5 retenes de concreto intercalados -como si fuese una imagen de la guerra- para evitar que los autos o camionetas pasen a altas velocidades y les disparen. Tal como reconocen por lo bajo, esta medida no busca evitar los ataques, sino simplemente hacerlos más complicados.
La ciudad donde una ministra fue recibida a balazos
Esta base de Carabineros está ubicada en una de las zonas más peligrosas de la región sur de Chile. Ercilla es señalada, según las denuncias e investigaciones policiales, como uno de los centros de distribución de droga. Allí también reside la comunidad mapuche de Temucuicui, una de las que más se manifiesta en defensa de los principios y reclamos del pueblo mapuche.
Llegar a la ciudad es sencillo. Ni siquiera se ubica en lugares de difícil acceso como si lo están otros centros de peligro. La comisaría, por ejemplo, se encuentra sobre la salida de la ruta 5 de Chile -la que conecta el país de punta a punta-. El riesgo aumenta a medida que se esconde el sol. Eso se traduce en el casi nulo movimiento que queda en la calle durante la noche.
En ese mismo lugar, en el acceso a la comunidad de Temucuicui, fue donde en marzo de este año la ministra del Interior de Chile, Izkia Siches, fue recibida a balazos durante una fallida visita. De tal magnitud es la situación que incluso los Carabineros tienen que moverse en vehículos blindados hasta para llegar a las viviendas de las personas que viven en la zona rural.