Una familia pensó que había adoptado a un perro callejero que encontró en la ruta, pero en realidad se trataba de una cría de coyote. El animal macho fue encontrado “deambulando y angustiado” al costado de la ruta, de acuerdo a lo que comentaron. El hecho sucedió en Massachusetts, Estados Unidos.
El caso lo dio a conocer mediante una publicación en Facebook el Cape Wildlife Center, un hospital de vida silvestre y centro educativo ubicado en Barnstable. De acuerdo a lo que explicaron, la familia lo agarró y lo llevó dentro de su auto hasta la casa en donde viven.
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Una vez en la vivienda, se dieron cuenta de que no era un perro. “Tras darse cuenta de su confusión, nos llamaron para pedir ayuda”, manifestó el centro de vida, que forma parte del New England Wildlife Center, una organización sin fines de lucro que brinda atención veterinaria gratuita a unos 5 mil animales al año.
No es raro ver coyotes cachorros y zorros deambulando en esta época del año, de acuerdo a lo que explicó a la CNN Zack Mertz, director ejecutivo del Cape Wildlife Center.
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Los cachorros llegan a una edad en la que empiezan a explorar lejos de sus familias. Sin embargo, en este caso no está claro si el animal se alejó demasiado de la suya o si a su madre le había pasado algo.
Mertz sostuvo que el personal del centro “pudo identificar rápidamente que se trataba de un coyote, que estaba en una edad en la que debería haber estado con sus padres”. El cachorro, que se cree que tiene entre cinco y seis semanas de edad, recibió el visto bueno para la rabia, explicó el director ejecutivo.
Criar a un cachorro junto a otro es muy importante
El centro de vida silvestre lo criará temporalmente junto a un cachorro de coyote hembra de entre tres y cuatro semanas de edad que fue trasladado recientemente desde una clínica de Rhode Island.
Criar al cachorro junto a un hermano es crucial debido a la naturaleza social de los coyotes. “Una de las mejores cosas que se puede hacer por un pequeño que perdió a su familia es, al menos, proporcionarle un hermano de edad similar”, manifestó Mertz.
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En este sentido, añadió: “Eso es porque si hacemos bien nuestro trabajo, y nos mantenemos al margen, ese hermano va a ser el modelo, y pueden aprender mucho el uno del otro”.
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El director ejecutivo explicó que el personal del centro trata de entrar en contacto con los coyotes lo menos posible, para que los caninos no asocien a los humanos con la comida y conserven una educación lo más natural posible.
El personal del lugar también trabaja para simular el entorno natural de los coyotes decorando sus grandes recintos “de la forma más natural posible”, sostuvo Mertz. Asimismo, les proporcionan comida y retos que les ayuden a practicar los tipos de comportamientos que necesitarían en la naturaleza.
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El equipo del lugar tiene previsto presentar a los dos cachorros dentro de unos días, cuando la hembra haya crecido un poco más. Si todo marcha bien, ambos van a pasar unos seis meses en el centro antes de ser liberados a la naturaleza.
En tanto que el director del lugar aseguró que cuando alguien vea un coyote bebé u otro animal solo debe saber que sus papás podrían estar cerca, por lo que debe ponerse en contacto con un departamento local de vida silvestre antes de intervenir. “Les pedimos que mantengan una distancia de seguridad e informen de lo que ven”, afirmó.
