Las tropas rusas que avanzaron esta madrugada sobre el territorio de Ucrania tomaron un aeropuerto cercano a Kiev e invadieron también Chernobyl, la ciudad de las tierras nucleares.
Dentro de la zona invadida, se encuentra el sarcófago gigante que encierra los residuos nucleares más peligrosos del mundo luego de la explosión en la central ocurrida en 1986. En 2019, el periodista Nelson Castro recorrió ese depósito de acero que permite confinar las toneladas materias radiactivas todavía presentes en la zona.
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Hace algunas horas, el presidente de Ucrania Volodymyr Zelenskyy había anticipado que las fuerzas rusas estaban tratando de apoderarse del territorio radioactivo.
En ese sentido, luego de que tomaran el lugar y destruyeran “83 objetivos militares”, el asesor ucraniano Myhailo Podolyak afirmó que “es imposible decir que la planta de energía nuclear de Chernobyl sea segura”.
El imponente sarcófago, cuya función es evitar fugas de radiación, cubre al cuarto reactor de la planta nuclear de Chernobyl que explotó durante una prueba de rutina el 26 de abril de 1986 y provocó una catástrofe que tendrá efectos inimaginables por el resto de los años.
Este contenedor, que fue tomado por el ejército comandado por Vladimir Putin, es una estructura de acero que costó miles de millones de dólares. Es gigantesco: mide 108 metros de alto, 162 de largo, tiene un arco de 275 metros y pesa 36 mil toneladas.
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Según los expertos, el sarcófago tendrá una vida útil de 100 años. Sin embargo, la radiación altamente nociva que emana durará al menos 100 mil años.
Hace 33 años la zona era muy poblada, panorama diferente al actual donde reina el silencio y los trabajadores concurren poco para no exponer su vida a la radiación.
Allí se encuentra un monumento inaugurado en 2006, cuando se cumplieron 20 años de la tragedia, que no deja de impactar a los visitantes. En la escultura, se observan dos manos que sostienen al reactor y un rayo que simboliza la explosión en la central nuclear.