La Berliner Verkehrsbetriebe (BVG, dirección de los transportes de Berlín) les propone esta semana un billete comestible que tiene un sabor de aceite de cannabis con el objetivo de que puedan “tragarse el estrés”. En estás épocas de compras navideñas y de una posible nueva ola de covid-19, basada en la variante Ómicron que está aterrando al mundo, no viene mal.
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“Quienes quieren vivir Navidad en total relajación, lo hacen con nosotros, la BVG. Y para una relajación suplementaria, hemos encontrado un medio: una droga de las buenas”, declara en un video explicativo que presenta el proyecto la dirección de transportes de Berlín, que se encarga de administrar autobuses, metros y tranvías en la capital germana.
Este denominado “billete cánnabis”, que solo estará disponible hasta el fin de la semana, llegó a las calles capitalinas bajo el propósito de combatir “los nervios de Navidad”, según explica la compañía, que acostumbra realizar comunicaciones espectaculares como la mencionada. El boleto, que se puede utilizar durante una jornada completa, tiene un costo de 8.80 euros (el equivalente a 10 dólares y 1.017 pesos argentinos en el cambio oficial, 2000 pesos -aproximadamente- en el cambio blue).
El ticker está compuesto por un papel comestible que tiene encima una ligera capa de aceite de cannabis. Según la dirección de transportes de Berlín son “como máximo tres gotas”.
Una vez pasadas las 24 horas que se puede utilizar, se puede consumir sin problemas y “como (...) no contiene sustancias psicoactivas (...)”, confirmaron que el aceite del billete es “totalmente inofensivo para la salud” y, por supuesto, “perfectamente legal”, relata el mensaje publicado por la compañía alemana. Esta decisión divirtió a los usuarios de las redes sociales. Según uno de los internautas “ahora también se puede se puede ‘estar volado’ con la BVG”, bromeó.
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La Dirección de transportes de Berlín aclaró rápidamente que esta movida no tiene ninguna relación con el debate sobre la legalización del cannabis que se está planteando en el país teutón. De hecho, el nuevo gobierno alemán tiene en mente aprobar su venta en comercios autorizados. Según la BVG, ellos aseguran que están “contra cualquier forma de consumo de droga”.
