Concluyó la COP26, una cumbre que se hizo esperar. Una COP que venía postergada desde hace un año, que tenía mucha expectativa, sobre todo por lo que significó el año pasado en pandemia que obligó a frenar tantas cosas, respeto de las cargas que tiene la acción climática.
Estamos atravesando momentos de crisis importantes, y la crisis climática es una que algunos no ven. Algunos no quieren ver la emergencia climática, pero está y es incluso mucho más grave que otras crisis que pensamos que estamos atravesando.
Cómo se llegó a las COP26
Esta COP venía con mucha carga. Por un lado, el año 2020 se pensó siempre como el comienzo del arranque del Acuerdo de París y sus compromisos y de la acción climática bajo ese marco. Sin embargo, entró en vigor en 2016 y eso hizo que también se aceleren los tiempos para poder reglamentarlo.
El reglamento del Acuerdo de París es el que se terminó de definir en esta COP, básicamente porque nunca pudo cumplirse el mandato de ser concluido en el año 2018, por la complejidad de algunos temas. Muchas cuestiones quedaron reglamentadas en 2018 y algunas pasaron al año 2019. En esa COP, la de Madrid, presidida por Chile no se pudo conseguir esa reglamentación.
Hubo varios temas que siguieron quedando pendientes, entre ellos los más importantes: temas de financiamiento, temas de mercados de carbono y temas de transparencia.
Esta agenda de negociación que viene desde 2016, para cerrar en 2018, y que ya lleva dos años de demora y un tercero más por la pandemia, hizo que esta COP tuviera un montón de cargas.
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Vale la pena mencionar que justamente el contexto de la pandemia trajo muchísimos interrogantes a la hora de llegar a esta cumbre, probablemente una de las cumbres más atendidas en la historia de las negociaciones climáticas y esto hace que haya aumentado el nivel de atención mediática, política y económica, y eso se notó en Glasgow.
Esta cumbre se caracterizó por tener un montón de situaciones, actividades y productos que surgieron, más allá de la agenda propia de la negociación. Hubo una cumbre de presidentes, al igual que en otras cumbres climáticas, en donde surgieron algunos acuerdos o algunas declaraciones en torno a determinados temas que contribuyen o complementan la acción bajo el marco jurídico del Acuerdo de París y de la convención.
Declaraciones y acuerdos en la COP
Estas declaraciones que se hicieron tuvieron bastante repercusión porque tocaron temas importantes, por ejemplo, la reducción de las emisiones de metano asociadas a lo que es el agro y a alguna parte del sector energético; las emisiones de lo que tiene que ver con los bosques, es decir frenar la deforestación para el año 2030; transición energética; financiamiento de combustibles fósiles, en particular el carbón; y movilidad sustentable. Eso también copó una buena parte de la atención mediática y política de la primer semana en particular. Esos elementos han cobrado relevancia pero no son estrictamente la agenda de negociación de Glasgow.
Las deudas pendientes de la COP
Sin embargo en esta COP también hay cosas que han quedado relativamente “flojas”. Por ejemplo, cuando hablamos de estos mercados de carbono, el famoso artículo 6 del Acuerdo de París, famoso por lo que se viene conversando en cada una de estas cumbres, pero a la hora de definir los mercados de carbono, a la hora de hablar de cómo pueden los mercados contribuir no ha salido de la manera en que por lo menos la sociedad pedía que salga.
Con no tantas salvaguardas y con algunas lagunas que pueden ser aprovechadas por algunos gobiernos y por algunas empresas para sacar ventaja sin hacer una reducción de emisiones concreta o real. Pero no significa que todo el mercado que está definido esté mal, no significa que se están dejando abiertas algunas puertas que podrían permitir eso.
Por otro lado, podríamos decir que la otra gran pérdida o falencia de esta COP ha sido el financiamiento para los daños y pérdidas de los efectos adversos del cambio climático. El cambio climático definitivamente con acción climática o sin acción climática va a seguir impactando en la vida de las personas y esto genera que sea muy importante poder tener programas que atiendan los impactos y para eso es necesario contar con recursos.
Esto es algo fundamental, los recursos son necesarios para todos esos pueblos vulnerables que justamente están a la merced de impactos climáticos extremos y ahí es donde esta COP quedó floja, donde no logró darle esas señales a la gente. Sin embargo, se pateó para el año que viene, para seguir siendo conversado.
Finalmente, el tema del financiamiento se viene hablando de hace mucho tiempo, hace 12 años que se hablaba de que en 2020 tendría que haber 100.000 millones de dólares por año. La realidad es que ese monto de dinero no se puso sobre la mesa aquí en Glasgow, simplemente se habló de que se va a seguir conversando y que se va a ir cumpliendo con el objetivo de manera retroactiva para poder cumplir con los casi 600.000 millones de dólares que van entre el año 2020 y 2025.
Cómo siguen las negociaciones y la crisis climática post COP26
En ese sentido la COP dejó algunas líneas de que se va a seguir trabajando, un planteo de un nuevo financiamiento, porque es hora de empezar hablar de uno nuevo, adicional, más grande a partir de 2025, porque eso es lo que dice el Acuerdo de París. Se va a comenzar un proceso y eso, de alguna forma, es algo positivo, pero todo lo que está relacionado con el dinero para la acción climática es lo que quedó flojo en esta COP.
Un dato a destacar es que la decisión general de esta cumbre incluye por primera vez en la historia de las negociaciones climáticas una referencia específica a los combustibles fósiles. Por primera vez hay un párrafo que habla de esto. Este párrafo, el número 36 de la decisión, justamente habla de abandonar progresivamente el carbón y eliminar progresivamente los subsidios a los combustibles fósiles. Más allá de que es la primera vez, realmente es notable que haya aparecido.
También vale la pena decir que eso incomodó a algunos países, que incluso en el último momento consiguieron bajarle el nivel de ambición a ese mismo párrafo para que en lugar de decir “eliminar” pase a decir “reducir”, tanto el carbón como el subsidio a los combustibles fósiles. Esto realmente fue una decepción en ese momento pero no quita el valor de que efectivamente por primera vez en la historia de la convención se habla específicamente de uno de los principales motivos de generación de emisiones de gases de efecto invernadero que es la quema de combustibles fósiles.
Todos los países del mundo subsidian fuertemente los combustibles fósiles, Argentina entre ellos. No obstante, esto es una novedad muy buena porque justamente se está haciendo mención específicamente a un sector y eso la verdad que es importante para que empiecen a impactar estas decisiones en la economía real.
(*) Enrique Maurtua Konstantinidis (FARN) es experto en negociaciones de Cambio Climático de Naciones Unidas desde el año 2004. Actualmente coordina ad-honorem los grupos de Transparencia de CAN Internacional y de Ambiente-Clima-Energía del Civil 20.